Un patrón oculto en tu pulso podría señalar un futuro deterioro cognitivo

Un patrón oculto en tu pulso podría señalar un futuro deterioro cognitivo

(Randy Faris/The Image Bank/Getty Images)

Leves variaciones en la frecuencia cardíaca de una persona podrían ofrecer pistas importantes sobre la probabilidad de deterioro cognitivo en los próximos años, según un nuevo estudio. Este hallazgo apunta a una posible prueba rápida y sencilla para detectar cambios cognitivos tempranos.

Comprender y prevenir el deterioro cognitivo

Detectar cuándo y cómo comienza el deterioro cognitivo es un enfoque clave en la investigación científica, ya que permite una mejor atención al paciente y una comprensión más clara de la progresión de la enfermedad. También ayuda a descubrir los mecanismos detrás de estas condiciones y podría contribuir al desarrollo de estrategias de prevención más eficaces.

En este estudio, un equipo internacional analizó datos de frecuencia cardíaca nocturna de 503 personas con una edad promedio de 82 años. Los participantes también se sometieron a pruebas cognitivas en el mismo período, y algunos fueron evaluados nuevamente más adelante.

Utilizando un modelo estadístico llamado entropía de distribución —que predice resultados de salud—, los investigadores encontraron un vínculo entre la complejidad de la variabilidad del ritmo cardíaco (es decir, cuánto variaba y se adaptaba la frecuencia cardíaca durante el sueño) y el deterioro cognitivo en los años siguientes.

“Una mayor complejidad del ritmo cardíaco se asocia con un deterioro cognitivo más lento en adultos mayores”, escribieron los autores en el artículo publicado. Por el contrario, una menor complejidad se correlacionó con un deterioro cognitivo más rápido.

“Futuros estudios deberían explorar si esta complejidad también predice riesgos de enfermedades neurodegenerativas como la demencia, y esclarecer las relaciones causales.”

La entropía de distribución es una técnica relativamente nueva para medir la variabilidad del ritmo cardíaco y del pulso. Investigaciones previas han vinculado la complejidad del ritmo cardíaco en reposo con riesgos de problemas cardiovasculares y respiratorios.

The pulse oximeter used in the study. (Itamar Medical Inc)

La idea central es que un corazón más adaptable —uno que responde con flexibilidad a las demandas internas y externas del cuerpo— indica una mejor salud. Como un corredor que cambia de velocidad y dirección, un corazón con mayor complejidad es más ágil y receptivo.

Nuevas pistas para la monitorización temprana de la salud cerebral

Aunque estudios anteriores ya sugerían una relación entre la variabilidad de la frecuencia cardíaca y la función cognitiva, este nuevo enfoque parece ofrecer una visión más profunda, incluso llegando a predecir problemas de salud cerebral antes de que aparezcan los síntomas.

“La complejidad del ritmo cardíaco es una característica distintiva de una fisiología saludable”, explica el ingeniero biomédico y fisiólogo computacional Peng Li, del Hospital General de Massachusetts. “Nuestros corazones deben equilibrar la espontaneidad y la adaptabilidad, integrando las necesidades internas con los factores de estrés externos.”

El estudio también reveló que las mediciones convencionales de la frecuencia cardíaca no se correlacionaban con el deterioro cognitivo futuro, lo que sugiere que la entropía de distribución es más sensible a cambios sutiles en la salud.

Las futuras investigaciones se centrarán en comprender las vías biológicas que subyacen a esta relación y en investigar si está vinculada no solo al deterioro cognitivo, sino también al inicio de la demencia.

“Nuestros hallazgos destacan la utilidad de este enfoque no invasivo para evaluar cuán flexiblemente responde el corazón a las señales del sistema nervioso”, afirma Chenlu Gao, autora principal y especialista en sueño del Brigham and Women’s Hospital. “Este método es prometedor para futuros estudios sobre la conexión entre la salud cardíaca y el envejecimiento cognitivo.”


Read the original article on: Science Alert

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