Un orbitador de la NASA halla nuevos túneles en la Luna
Durante los últimos 50 años, la existencia de túneles bajo la superficie lunar ha sido objeto de debate teórico. Ahora, el análisis de los datos de radar del Lunar Reconnaissance Orbiter de la NASA ha desvelado qué hay bajo el Mare Tranquillitatis.
Dirigido por la Universidad de Trento (Italia), un equipo internacional de científicos ha publicado un estudio pionero que revela el descubrimiento de un túnel en la subsuperficie lunar, un tubo de lava aparentemente vacío. Esta investigación, que marca un hito significativo, se ha publicado hoy (15 de julio) en Nature Astronomy, y representa un esfuerzo de colaboración entre naciones.
«Esta idea de las cuevas lleva especulándose más de 50 años, pero ésta es la primera vez que demostramos realmente su existencia», explica Lorenzo Bruzzone, profesor de la Universidad de Trento.
Ideas de Bruzzone sobre la metodología de confirmación lunar
Bruzzone explica cómo se logró esta confirmación: En 2010, durante la misión LRO de la NASA, el instrumento de radiofrecuencia en miniatura (Mini-RF) captó datos que incluían una depresión en el Mare Tranquilitatis.
Años más tarde, volvimos a analizar estos datos utilizando técnicas avanzadas de procesamiento de señales que habíamos desarrollado recientemente. Sin embargo, descubrimos reflexiones de radar procedentes de la zona de la depresión que se explican de forma más plausible por un pasadizo subterráneo en una cueva. Este descubrimiento constituye la primera prueba directa de la existencia de un tubo de lava accesible bajo la superficie de la Luna.
Modelización del tubo de lava lunar
«Mediante el análisis de los datos, hemos construido un modelo de una sección del túnel», explica Leonardo Carrer, investigador de la Universidad de Trento. «Nuestras observaciones sugieren claramente la presencia de un tubo de lava vacío».
Sin embargo, subraya Wes Patterson, investigador principal de Mini-RF en el Laboratorio de Física Aplicada Johns Hopkins, Este estudio demuestra cómo los datos de radar de la Luna pueden aplicarse de forma innovadora para abordar cuestiones científicas y de exploración fundamentales. «Subraya la importancia de las misiones de teledetección en curso, como la actual misión LRO y, con suerte, las futuras misiones de orbitadores».
La investigación, financiada en parte por la Agencia Espacial Italiana, también contó con la participación de científicos de la Universidad de Padua y de La Venta Geographic Explorations APS, que contribuyeron a los análisis geológicos y al modelado del túnel identificado.
El estudio tiene importantes implicaciones científicas para las misiones lunares, dado el entorno hostil de la Luna, no apto para la habitación humana.
Las temperaturas de la superficie en la cara iluminada pueden alcanzar los 127 °C, mientras que en la cara oscura caen en picado hasta los -173 °C. La radiación cósmica y solar en la Luna es muy elevada. La radiación cósmica y solar en la superficie lunar puede superar la terrestre hasta 150 veces, y el riesgo constante de impactos de meteoritos complica aún más la exploración.
En conclusión, estos retos subrayan la necesidad de identificar lugares seguros para construir infraestructuras que permitan una exploración lunar sostenida. Cuevas como la descubierta ofrecen una posible solución a este reto.
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