Un nuevo estudio sugiere que Ozempic podría frenar significativamente las borracheras alcohólicas

Las personas que toman semaglutida para la diabetes o la pérdida de peso han manifestado con frecuencia un menor deseo de consumir alcohol. Ahora, un nuevo estudio aporta pruebas contundentes que respaldan estas afirmaciones, al revelar una notable reducción del 30% en el consumo de alcohol por día de consumo entre quienes toman el medicamento, frente a una disminución de sólo el 2% con placebo.
Los investigadores, dirigidos por Christian Hendershot, psiquiatra de la Universidad de Carolina del Norte, descubrieron que las inyecciones semanales de semaglutida -conocida comúnmente como Ozempic o Wegovy- no sólo reducían la ingesta de alcohol en personas con síntomas de trastorno por consumo de alcohol, sino que también disminuían significativamente el deseo de consumirlo. Si estos resultados se confirman en estudios más amplios, podrían transformar las opciones de tratamiento para los casi 30 millones de estadounidenses que padecen trastornos por consumo de alcohol.
Para seguir investigando, el equipo de Hendershot llevó a cabo un ensayo clínico de fase 2 con 48 participantes, de 40 años de edad de media, que cumplían los criterios del trastorno por consumo de alcohol pero no buscaban activamente tratamiento. Cada uno tenía un historial de consumo de al menos siete bebidas a la semana en el caso de las mujeres o 14 en el de los hombres durante el último mes, incluidos al menos dos episodios de consumo excesivo (cuatro o más bebidas en el caso de las mujeres, cinco o más en el de los hombres).
A lo largo de nueve semanas, los participantes recibieron una dosis semanal de semaglutida o un placebo, mientras seguían sus ansias de beber alcohol y su consumo. Aunque el número total de días de consumo se mantuvo prácticamente invariable, al segundo mes casi el 40% de los participantes del grupo de la semaglutida declararon no haber bebido en exceso, frente al 20% del grupo placebo.
Un estudio revela que la semaglutida reduce la ansiedad por el alcohol y podría frenar el tabaquismo
Los investigadores concluyeron que «la semaglutida redujo significativamente el deseo de consumir alcohol y el número de bebidas alcohólicas por día». Además, observaron una disminución del consumo de tabaco, aunque esto se basó en una pequeña muestra de siete receptores de placebo y seis en el grupo de tratamiento.
Dado que en el estudio participaron personas con un trastorno por consumo de alcohol de leve a moderado, no está claro si el fármaco tendría el mismo efecto en los casos más graves. Sin embargo, los resultados apoyan firmemente la realización de nuevas investigaciones.
«Estos resultados sugieren que la semaglutida y medicamentos similares podrían cubrir una necesidad no satisfecha en el tratamiento del trastorno por consumo de alcohol», afirma Klara Klein, endocrinóloga de la Universidad de Carolina del Norte. «Es esencial realizar estudios más amplios y a largo plazo en poblaciones diversas para evaluar plenamente la seguridad y eficacia de este enfoque».
Más allá del consumo de alcohol, la semaglutida se ha mostrado prometedora en el tratamiento de la artrosis, la enfermedad del hígado graso, la demencia, la enfermedad renal y otras adicciones, tanto en estudios con animales como con humanos. Sin embargo, como con cualquier medicamento, existen riesgos potenciales. Los efectos secundarios notificados van desde las náuseas hasta la contracción del músculo cardiaco, y los científicos aún están descubriendo los efectos a largo plazo de este potente fármaco.
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