¿Por qué algunas personas pueden funcionar con menos sueño? La genética podría tener la clave

¿Alguna vez te has preguntado por qué algunas personas se despiertan renovadas tras solo unas pocas horas de sueño, mientras que otras no pueden funcionar sin dormir las ocho horas completas?
Tomemos como ejemplo a la ex primera ministra británica Margaret Thatcher: ella dormía solo cuatro horas por noche, trabajaba hasta tarde y se levantaba temprano sin perder el ritmo.
Sin embargo, para la persona promedio, ese tipo de rutina sería un desafío. La mayoría se sentiría lenta, tendría dificultades para concentrarse y recurriría a la cafeína o al azúcar solo para poder pasar el día.
Entonces, ¿qué explica esta diferencia? Es una pregunta que ha intrigado a los investigadores durante años. Esto es lo que la ciencia ha descubierto hasta ahora.
Existe un grupo raro de personas conocidas como “dormidores cortos naturales” que solo necesitan de cuatro a seis horas de sueño por noche — y prosperan con ello durante toda su vida.
Prosperar con Menos Sueño Sin Consecuencias
A diferencia de la mayoría, ellos no se sienten fatigados, no dependen de siestas y no experimentan los efectos secundarios habituales de la privación de sueño. Esta habilidad única se llama fenotipo de sueño corto natural — un rasgo biológico que les permite obtener todos los beneficios del sueño en menos tiempo.
En 2010, los científicos identificaron mutaciones genéticas asociadas a este fenómeno. Estas personas portan variantes genéticas poco comunes que parecen hacer que su sueño sea más eficiente.
Un estudio de 2025 destacó a una mujer en sus 70 años con una de estas mutaciones. A pesar de dormir consistentemente solo seis horas por noche, se mantenía en excelente estado físico y mentalmente aguda — claramente adaptada a un ciclo de sueño más corto.
Los investigadores aún exploran qué tan comunes son estas variantes genéticas y por qué se desarrollan.
Privación Crónica del Sueño que se Confunde con un Rasgo Raro
Pero aquí está la realidad: la mayoría de las personas que creen ser dormidores cortos naturales en realidad están crónicamente privadas de sueño. Su sueño limitado a menudo se debe a horarios laborales exigentes, obligaciones sociales o la mentalidad de que dormir menos significa ser más productivo o resistente.
En la cultura actual de ritmo acelerado, no es raro escuchar a personas jactarse de que se las arreglan con solo unas pocas horas de sueño. Sin embargo, para la persona promedio, esto no es sostenible.
Con el tiempo, la falta de sueño suficiente lleva a lo que se conoce como “deuda de sueño” — un costo acumulativo que puede causar falta de concentración, irritabilidad, micro-siestas involuntarias, disminución del rendimiento y serios riesgos para la salud a largo plazo.
Estudios han relacionado el sueño corto crónico con mayores probabilidades de obesidad, diabetes, hipertensión y enfermedades cardiovasculares como infartos y accidentes cerebrovasculares.
Para compensar la pérdida de sueño durante la semana, muchas personas intentan “recuperar” el descanso los fines de semana.
Esta estrategia puede ayudar a recuperar parte de la deuda de sueño a corto plazo. Los estudios indican que dormir una o dos horas extra los fines de semana o tomar siestas cuando sea posible puede aliviar algunos de los efectos dañinos del sueño limitado.
Aun así, no es una solución completa. El sueño de recuperación del fin de semana y las siestas no siempre eliminan totalmente la deuda de sueño acumulada, y la efectividad de esta estrategia sigue siendo debatida entre científicos.
De hecho, un estudio reciente a gran escala encontró que el sueño de recuperación de fin de semana podría no contrarrestar los riesgos cardiovasculares vinculados a la privación crónica de sueño.
Cómo Desordenar Tu Horario de Sueño Puede Ser Contra-Productivo
Además, los cambios importantes en los patrones de sueño —como dormir mucho más los fines de semana— pueden alterar tu reloj biológico interno. Esto a menudo dificulta conciliar el sueño el domingo por la noche, dejándote menos descansado al comenzar la nueva semana laboral.
Investigaciones crecientes muestran que las interrupciones repetidas en los horarios de sueño pueden tener un impacto mayor en la salud y longevidad que la duración del sueño por sí sola.
Al final, aunque el sueño de recuperación ocasional puede proporcionar algo de alivio, no reemplaza el mantener un sueño consistente y de alta calidad durante toda la semana. Sin embargo, lograr esa regularidad puede ser especialmente difícil para quienes tienen horarios irregulares, como los trabajadores por turnos.
¿Era Ella una Verdadera Dormidora Corta o Solo Recuperaba Sueño?
Es difícil saberlo con certeza. Algunos relatos sugieren que podría haber tomado siestas en la parte trasera de un coche entre reuniones, lo que podría indicar que en realidad estaba privada de sueño y compensaba el descanso perdido siempre que podía.
Independientemente de si alguien es un dormidor corto natural, muchos otros factores pueden influir en la cantidad de sueño que una persona necesita. La edad y condiciones de salud subyacentes, por ejemplo, juegan un papel importante.
Los adultos mayores a menudo experimentan cambios en sus ritmos circadianos y pueden tener un sueño más fragmentado debido a problemas como la artritis o enfermedades cardíacas.
En última instancia, las necesidades de sueño varían mucho entre individuos. Mientras que un pequeño grupo puede prosperar con menos horas, la mayoría de nosotros requiere entre siete y nueve horas por noche para funcionar de manera óptima. Si te encuentras habitualmente recortando tu sueño y confiando en los fines de semana para recuperarlo, podría ser hora de ajustar tus hábitos. Dormir no es opcional — es una necesidad biológica.
— Kelly Sansom, Asociada de Investigación, Universidad de Flinders y Universidad de Murdoch; Peter Eastwood, Vicerrector de Investigación e Innovación, Universidad de Murdoch (vía The Conversation)
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