Muertes inesperadas de culturistas profesionales generan alertas sobre la salud

El año 2021 marcó un capítulo oscuro para la comunidad del culturismo, con más de dos docenas de atletas profesionales que murieron inesperadamente en solo 12 meses, una tendencia alarmante que captó la atención mundial.
Entre los fallecidos, el más joven tenía solo 27 años.
Aunque numerosos estudios indican que los atletas de élite suelen disfrutar de una esperanza de vida mayor que la población general, el aumento de muertes prematuras entre culturistas ha puesto en duda la seguridad de este deporte.
En respuesta a estas preocupaciones, investigadores de la Universidad de Padua, en Italia, realizaron el primer estudio a gran escala que examina el riesgo de muerte súbita entre culturistas masculinos.
Sus resultados revelan un patrón preocupante, que según los autores exige atención urgente por parte de los atletas, los profesionales de la salud y las organizaciones deportivas.
El estudio siguió a más de 20,000 culturistas durante un promedio de ocho años, durante los cuales se registraron 73 muertes súbitas, con una edad promedio de fallecimiento de 42 años.
Si bien algunas muertes estuvieron relacionadas con el uso de esteroides o sustancias para mejorar el rendimiento, otras fueron consecuencia de accidentes de tráfico, homicidios o suicidios. No obstante, la causa principal por un amplio margen fue la insuficiencia cardíaca súbita, responsable de 46 de los casos.
El riesgo de insuficiencia cardíaca súbita aumenta drásticamente en la élite
Aunque el riesgo general sigue siendo bajo para los culturistas en general, el panorama cambia drásticamente para los profesionales de alto nivel. Se descubrió que su probabilidad de sufrir una insuficiencia cardíaca súbita era más de 14 veces mayor que la de los atletas aficionados, lo que indica que el aumento de la competitividad en el deporte puede venir acompañado de riesgos para la salud significativamente más altos.

Al centrarse específicamente en los competidores de la prestigiosa categoría ‘open’ del Mr. Olympia —el nivel más alto del culturismo internacional—, los investigadores identificaron una tasa de mortalidad “sorprendentemente alta”.
De los 100 atletas de élite que habían competido en el evento a lo largo de los años, 7 murieron inesperadamente por causas repentinas.
Aún más preocupante, cinco de esas muertes fueron casos confirmados o sospechosos de muerte súbita cardíaca, con una edad promedio de fallecimiento de solo 36 años.
“Los datos actuales son profundamente preocupantes”, escribe el equipo internacional de investigadores, “y justifican la creación de directrices específicas para prevenir la muerte súbita y la muerte súbita cardíaca entre culturistas. Estas deberían incluir la disponibilidad rutinaria de desfibriladores externos automáticos (DEA) para los transeúntes”.
Las conclusiones del estudio están algo limitadas por la falta de datos exhaustivos: solo se realizaron autopsias en aproximadamente el 10 % de los casos de muerte súbita cardíaca, lo que deja muchas de las causas exactas sin esclarecer.
Cómo el entrenamiento extremo y el uso de drogas pueden poner en peligro el corazón de los culturistas de élite
No obstante, el equipo de investigación, liderado por el experto en medicina deportiva Marco Vecchiato, de la Universidad de Padua, considera que el entrenamiento intenso, las dietas restrictivas y el uso frecuente de sustancias para mejorar el rendimiento probablemente contribuyen a riesgos cardíacos graves entre los culturistas profesionales de élite.

Estas prácticas pueden ejercer una presión considerable sobre el sistema cardiovascular, aumentar el riesgo de arritmias cardíacas y potencialmente causar cambios estructurales a largo plazo en el corazón”, explica Vecchiato.
Los informes de autopsia incluidos en el estudio revelaron de manera consistente ventrículos izquierdos engrosados y corazones agrandados en los culturistas.
Estudios previos revelan un notable agrandamiento cardíaco en culturistas
Este hallazgo respalda investigaciones anteriores, que demostraron que los corazones de los culturistas eran, en promedio, casi un 74 % más pesados que los valores de referencia estándar, con ventrículos izquierdos un 125 % más gruesos que los de un hombre promedio.
Aunque se necesitan más estudios para comprender los impactos cardiovasculares específicos del culturismo —especialmente en atletas femeninas—, Vecchiato enfatiza un mensaje clave:
“Perseguir la máxima forma física es admirable, pero llevar el cuerpo al extremo puede representar riesgos graves para la salud, especialmente para el corazón”, afirma.
“A la luz de esta evidencia, las asociaciones médicas ya no pueden ignorar el problema. Deben trabajar junto con las federaciones deportivas y los responsables de políticas para fomentar prácticas más seguras dentro del deporte.”
Read the original article on: Science Alert
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