Los efectos antiinflamatorios del régimen de ayuno 5:2 pueden atribuirse a un par de proteínas
El estudio consistió en alimentar a ratones con una dieta occidental rica en grasas y azúcares durante 32 semanas para inducirles EHNA. Mientras que un grupo tenía acceso irrestricto a esta dieta, otro seguía un patrón de ayuno intermitente 5:2: dos días de ayuno no consecutivos por semana con agua disponible.
Los ratones con acceso irrestricto a la dieta ganaron peso, grasa corporal y desarrollaron inflamación hepática crónica. Por el contrario, el grupo de ayuno intermitente, a pesar de consumir más en los días sin ayuno, no ganó peso, mostró menos signos de enfermedad hepática y tuvo niveles más bajos de biomarcadores de daño hepático. «La dieta 5:2 hizo a los ratones resistentes al desarrollo de EHNA». La experimentación con la duración y la frecuencia del periodo de ayuno reveló que un régimen 5:2 era más eficaz que un patrón 6:1, y que los ayunos de 24 horas resultaban superiores a los de 12 horas.
«El análisis comparativo de la composición proteica hepática, las vías metabólicas y la actividad génica identificó dos proteínas cruciales para la respuesta protectora del ayuno: PPAR-alfa y PCK1». PPAR-alfa regula el metabolismo de las grasas hepáticas y es esencial para la cetogénesis, la descomposición de los ácidos grasos para producir cuerpos cetónicos durante el ayuno prolongado. La PCK1 controla la biosíntesis de glucosa a partir de ciertas fuentes de carbono no carbohidratadas.
La supresión genética de PPAR-alfa y PCK1 en células hepáticas de ratón suprimió los efectos protectores del ayuno intermitente contra la inflamación crónica y la cicatrización. También se observaron niveles reducidos de estas proteínas en muestras de tejido humano con EHNA.
El pemafibrato, un fármaco que imita los efectos de PPAR-alfa, reprodujo parcialmente los cambios metabólicos inducidos por la dieta 5:2 en ratones, pero no reprodujo totalmente sus efectos protectores.
Efectos a largo plazo del ayuno intermitente
«El ayuno intermitente también reduce la inflamación hepática crónica existente por EHNA». Tras cuatro meses más de ayuno intermitente, los ratones con EHNA por una dieta occidental mostraron una mejora de los parámetros sanguíneos, una reducción de la grasa hepática, de la inflamación y una menor incidencia de cáncer de hígado.
Estos resultados sugieren un potencial significativo del ayuno intermitente 5:2 en la prevención y el tratamiento de la EHNA y el cáncer de hígado. Se justifica la realización de nuevos estudios en pacientes para validar estos prometedores resultados.
Read the Original Article on: New Atlas
