Los delfines descubren una nueva capacidad extraordinaria

Los delfines descubren una nueva capacidad extraordinaria

Los diminutos orificios del hocico de los delfines, que antes se creían vestigiales, han resultado ser una parte importante de su percepción del mundo. Crédito: Pixaobay

La investigación indica que, además de su impresionante sistema de sonar, los delfines desarrollan una capacidad sensorial adicional en la región donde una vez existieron sus bigotes de bebé a medida que maduran. Este nuevo sentido puede ayudarles en la navegación y en la localización de fuentes de alimento ocultas.

La capacidad de ecolocalización de los delfines, a menudo denominada sonar, es famosa en el reino animal. Esta precisión es tan notable que estos mamíferos marinos, clasificados como ballenas, pueden discernir entre una pelota de golf y una de ping-pong bajo el agua evaluando las densidades de ambos objetos. Sin embargo, sus extraordinarias habilidades no acaban ahí.

Además poseen ojos que les permiten ver en dos direcciones simultáneamente, una piel capaz de segregar un gel antibacteriano para protegerse de parásitos y percebes, la capacidad de alcanzar velocidades de hasta 50 km/h y la capacidad única de descansar apagando la mitad de su cerebro a la vez. En un estudio de 2019 se destacó su extraordinario sistema inmunitario, que les proporciona inmunidad contra bacterias resistentes a los antibióticos. En un estudio reciente de la universidad de Rostock (Alemania), los delfines muestran otra habilidad extraordinaria: la capacidad de percibir campos eléctricos débiles.

Los pequeños hoyos que dejan los delfines mulares al mudar los bigotes se parecen a las estructuras que utilizan los tiburones para detectar campos eléctricos.

Al examinar los pequeños hoyos que quedan después de que los delfines mulares jóvenes mudan sus bigotes iniciales, los investigadores observaron similitudes con las estructuras que permiten a los tiburones detectar campos eléctricos.

Los investigadores entrenaron a dos delfines del zoo de Nuremberg para que reconocieran y reaccionaran ante una corriente eléctrica justo por encima de sus hocicos. Uno de los delfines demostró ser capaz de percibir señales de tan sólo 5,5 microvoltios/cm, mientras que el otro mostró una sensibilidad aún mayor, ya que detectó una corriente de 2,4 microvoltios/cm. La sensibilidad de los delfines a las corrientes eléctricas pulsadas, parecidas a las emitidas por los peces que cazan, sugiere su adaptación a la caza de peces ocultos en los sedimentos. Contrariamente a los tiburones, que pueden detectar los campos eléctricos de los peces hasta 70 cm de distancia, los delfines utilizan su sensibilidad para localizarlos en los últimos centímetros antes de capturarlos, según explica Guido Dehnhardt, coautor del estudio.

Los investigadores afirman además que la capacidad de electrorrecepción de los delfines puede ayudarles a navegar por el campo magnético terrestre. También sugieren que esta capacidad podría explicar los casos ocasionales de delfines que quedan varados en las playas, posiblemente relacionados con las fluctuaciones del campo magnético terrestre.


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