Las simulaciones demuestran que el sistema de visión de Musk funciona mal

Es poco probable que los ambiciosos implantes oculares de Elon Musk, que pretenden superar la visión humana normal, consigan este objetivo. Científicos que utilizan “pacientes virtuales” han puesto de manifiesto las limitaciones de esta tecnología, demostrando que ni siquiera la mejor ingeniería puede replicar completamente la neurofisiología humana a la hora de restaurar la vista.
Los ambiciosos implantes oculares de Elon Musk, que pretenden superar la visión humana normal, tienen pocas probabilidades de alcanzar este objetivo. Los científicos que utilizan “pacientes virtuales” han puesto de manifiesto las limitaciones de esta tecnología, demostrando que ni siquiera la mejor ingeniería puede replicar completamente la neurofisiología humana a la hora de restaurar la vista.
“Blindsight es el siguiente producto tras Telepathy”, publicó. “Debo señalar que el implante Blindsight ya funciona en monos. Al principio, la resolución será baja, similar a los primeros gráficos de Nintendo, pero con el tiempo podría superar la visión humana normal”. (Además, ¡ningún mono ha muerto o ha sufrido daños graves por un dispositivo Neuralink!)”.
Musk ha afirmado que Blindsight permitirá “ver” a las personas sin vista o que han perdido los ojos dirigiéndose al procesamiento cerebral de la información óptica. Para ello, se implantarían millones de diminutos electrodos en el córtex visual, la zona de la parte posterior del cerebro encargada de procesar e interpretar la información visual procedente de los ojos.
Los investigadores ponen de relieve fallos fundamentales en implantes corticales como la vista gorda
Sin embargo, investigadores de la Universidad de Washington (UW) sostienen que existen fallos fundamentales en el diseño de implantes corticales como Blindsight. Creen que estos implantes subestiman la complejidad de la comunicación ojo-cerebro humana. Mediante simulaciones computacionales detalladas, denominadas pacientes virtuales, los investigadores de la UW han demostrado que es improbable que estos implantes lleguen a “superar” la visión normal.
La cuestión central radica en las limitaciones de estos electrodos y su capacidad para estimular las neuronas necesarias para recrear artificialmente la visión. Este complejo proceso depende de la generación de multitud de intrincados códigos neuronales necesarios para que el cerebro procese adecuadamente la información visual.

Los modelos de matrices de electrodos y cómo se procesaría el vídeo del gato en el córtex visual
Fine, I & Boynton, G/CC Por 4.0
Lograr la visión humana requiere un complejo mapeo de las células de la corteza visual
“Para lograr la visión humana típica, cada célula de la corteza visual necesitaría un electrodo con el código correcto”, explica Ione Fine, profesora de psicología de la UW. “Esto es muy complejo, ya que cada célula tiene un código único. Trazar el mapa de cada célula llevaría años”.
Aunque 45.000 electrodos podrían compararse con 45.000 píxeles en una pantalla, las neuronas transmiten información sobre “campos receptivos” superpuestos. Un solo punto de luz estimula muchas neuronas interconectadas, lo que supone un reto importante a la hora de replicar esto con electrodos

Fine, I & Boynton, G/CC By 4.0
Las simulaciones revelan los límites de tratar los electrodos como píxeles
“Los ingenieros suelen considerar los electrodos como píxeles”, afirma Fine, “pero la biología no funciona así. Nuestras simulaciones, basadas en un modelo básico del sistema visual, pretenden dar una idea de cómo funcionarán estos implantes. Estas simulaciones difieren significativamente de la intuición que podría tener un ingeniero al pensar en términos de píxeles en una pantalla de ordenador”.
Para ilustrarlo, los investigadores crearon varias simulaciones, incluida una película de un gato mostrada a 45.000 píxeles comparada con cómo la vería un paciente con 4.500 electrodos en su corteza visual. Los modelos de implante se basaron en datos de estudios existentes sobre implantes corticales similares al concepto de Blindsight. Aunque los electrodos podían interpretar una imagen visual, el gato aparecía extremadamente borroso y era difícil de reconocer más allá de su forma básica.
En estos vídeos, los investigadores simularon dos configuraciones distintas de la guía de electrodos para mostrar cómo percibiría el vídeo del gato una persona con implantes corticales.
Los investigadores advierten de que la tecnología podría quedarse corta respecto a la visión de Musk
Los investigadores observan que, aunque este método supondría una mejora para una persona completamente ciega, advierten de que quizá nunca alcance el nivel de visión que Musk imagina.
“Puede que con el tiempo alguien consiga un avance que ofrezca una ‘piedra Rosetta’ para este problema”, afirma Fine. “También es posible que los individuos desarrollen cierta plasticidad para utilizar mejor un código incorrecto. Sin embargo, mi investigación y la de otros indican que no hay pruebas actuales de que las personas puedan adaptarse significativamente a un código incorrecto.”
Sin replicar los códigos neuronales necesarios, no hay ingeniería que pueda hacer que esta tecnología se acerque a una visión humana adecuada. Los investigadores subrayan que ésta es una consideración crucial a la hora de evaluar la viabilidad de biotecnologías como Blindsight.
“Muchas personas pierden la vista a una edad avanzada”, señala Fine. “A los 70 años, adaptarse a la vida como ciego es muy difícil, y suele haber un alto índice de depresión y un fuerte deseo de recuperar la vista”. Aunque la ceguera en sí no hace vulnerables a las personas, perder la vista más tarde en la vida puede crear vulnerabilidades. Por eso, cuando Elon Musk afirma que esto superará la visión humana, es una afirmación potencialmente peligrosa”.
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