Las plataformas de criptomonedas se sienten como juegos de azar debido a usuarios de alto riesgo.

Cuando Kim Kardashian fue multada en 2022 por promocionar un token de criptomonedas sin revelar que había sido pagada, y Matt Damon apareció en un anuncio de criptomonedas diciendo “la fortuna favorece a los valientes”, quedó claro que las criptomonedas habían entrado en la cultura pop mainstream.
Debajo del brillo de las celebridades y los comerciales del Super Bowl, emerge algo más familiar.
Las plataformas de intercambio de criptomonedas, donde millones compran y venden monedas digitales, no solo se parecen a los casinos, sino que a menudo operan como tales. Detrás de los gráficos, tokens y discursos sobre innovación, existen sistemas que fomentan apuestas riesgosas mientras se benefician silenciosamente de las pérdidas de los usuarios.
Estas plataformas no solo sirven para comerciar activos digitales; muchas difuminan la línea entre invertir y apostar, ganando dinero directamente de las pérdidas de los usuarios.
Basándonos en una investigación reciente de académicos afiliados a la Universidad Concordia (incluyéndonos), exploramos cómo funcionan realmente las plataformas de criptomonedas. Estos exchanges combinan herramientas financieras con elementos lúdicos para convertir la especulación de alto riesgo en entretenimiento, minimizando cómo funcionan sus sistemas y cómo obtienen ganancias de los usuarios.
Un ejemplo de diseño de plataforma en práctica
Tomemos BitMEX, un exchange destacado conocido por ofrecer hasta 100x de apalancamiento en operaciones con criptomonedas. Esto permitía a los traders controlar grandes posiciones con un capital mínimo, algo similar a hacer grandes apuestas usando fichas prestadas.
Aunque los riesgos son evidentes, el diseño de la plataforma hace que el trading se sienta como un juego rápido con la tentación de una gran recompensa. Su interfaz elegante, datos en tiempo real, señales visuales y bucles de retroalimentación animan a los usuarios a seguir participando.
BitMEX ilustra cómo las plataformas de criptomonedas transforman el riesgo financiero en una experiencia atractiva. Aunque su cuota de mercado ha disminuido, su impacto permanece. Los diseños gamificados, opciones de apalancamiento y funciones sociales que popularizó ahora son estándar en muchos exchanges.
Estos elementos no son solo superficiales; están profundamente integrados en la arquitectura de la plataforma y son clave para convertir la actividad de trading en beneficio.
Al igual que los casinos dependen de apuestas frecuentes más que de las ganancias del jugador, las plataformas de criptomonedas a menudo ganan dinero por la volatilidad del mercado y el volumen de operaciones, independientemente del éxito o fracaso de los usuarios.
Cuando la especulación se vuelve una necesidad
La financiarización describe cómo las reglas y prioridades del mercado financiero moldean cada vez más muchos aspectos de la vida económica y social — desde la planificación de jubilaciones hasta cuentas de inversión e incluso la deuda estudiantil, que se trata como una apuesta sobre ingresos futuros.
Dentro de este marco, las criptomonedas surgen como una extensión natural. Ofrecen a las personas una sensación de control sobre sus finanzas en medio de incertidumbre generalizada. Para quienes están excluidos de las finanzas tradicionales o desilusionados con las instituciones establecidas, la criptomoneda promete acceso, independencia y potencial transformación. Los usuarios se ven como emprendedores de sí mismos, tomando riesgos con la esperanza de recompensas.
Sin embargo, la financiarización también profundiza la desigualdad. Quienes ya poseen capital se benefician de retornos compuestos, mientras que los que no lo tienen son incentivados a entrar temprano, especular con tokens y mantener (“HODL”) durante las caídas, asumiendo riesgos mayores.
Los exchanges de criptomonedas operan dentro de este sistema y están lejos de ser herramientas neutrales de comercio. Estas plataformas trasladan el riesgo a los usuarios mientras capturan el valor para sí mismas. A medida que los usuarios siguen operando, las plataformas ganan ingresos por cada transacción. Cuanta más actividad de trading, más ganan las plataformas, sin importar si los usuarios ganan o pierden.
La ludificación: transformar el riesgo en juego
La ludificación (gamblification) se refiere al proceso en el que actividades no relacionadas con el juego adoptan la apariencia, mecánicas y atractivo psicológico de los juegos de azar.
Este concepto es clave para entender cómo los exchanges de criptomonedas mantienen a los usuarios enganchados incluso cuando enfrentan pérdidas. Nuestra investigación revela cómo elementos como tablas de clasificación en tiempo real, efectos visuales y comunidades basadas en memes convierten el trading en una experiencia compartida y entretenida. Incluso las pérdidas significativas se comparten a menudo con humor e ironía.
Esta mentalidad fomenta una cultura donde el fracaso no se ve como un problema sistémico sino como parte del “juego”. Tomar riesgos se convierte en motivo de orgullo, y los traders son etiquetados como “degen” (degenerados), un término que irónicamente celebra la inversión autodestructiva.
En este contexto, se refuerzan conductas adictivas y las pérdidas financieras se reinterpretan como participación en una experiencia social más amplia.
Las plataformas de criptomonedas capitalizan esta tendencia cultural. Al hacer que la especulación de alto riesgo se sienta como un juego, aumentan la comodidad del usuario y promueven la actividad continua. Esto es intencional — una dinámica diseñada para incrementar el volumen de operaciones, la visibilidad y, en última instancia, las ganancias.
La paradoja de las plataformas de criptomonedas
Cuando la financiarización y la ludificación se combinan, crean un sistema parecido al capitalismo de casino. Los usuarios se sienten atraídos hacia conductas de alto riesgo no solo por engaño sino por estructuras que prometen libertad y participación mientras extraen valor de sus acciones.
Esto genera una experiencia contradictoria para los usuarios. Se sienten empoderados — tomando decisiones, persiguiendo ganancias y siendo parte de un movimiento cultural — pero están involucrados en sistemas que ganan más cuando ellos pierden. La retórica de innovación, autonomía y revolución financiera oculta esta realidad.
Nuestra investigación indica que esta semejanza con el juego no es solo metafórica; es estructural. Las plataformas de criptomonedas están diseñadas para monetizar el riesgo de los usuarios de maneras muy similares a los casinos, confiando en mecanismos opacos, información desigual y bucles de participación que benefician a la plataforma independientemente del resultado individual.
La visión más amplia
La convergencia de financiarización y ludificación es significativa no solo para los usuarios de criptomonedas, sino para cualquiera preocupado por el futuro de los sistemas financieros. A medida que las finanzas tradicionales incorporan elementos gamificados, los límites entre invertir, especular y apostar se vuelven cada vez más difusos.
Esta ludificación normaliza conductas de alto riesgo y traslada la carga de los resultados económicos a los individuos en lugar de a las plataformas. Debilita el argumento para la regulación y las salvaguardas colectivas, tratando la volatilidad del mercado como algo inevitable en lugar de producto de fuerzas estructurales.
Entender estas dinámicas es crucial para legisladores, educadores y diseñadores. La criptomoneda no es solo una nueva clase de activos; sirve como campo de prueba para nuevos métodos de intercambio, extracción y control.
Al examinar las criptomonedas a través de las lentes de financiarización y ludificación, obtenemos una visión más clara de las implicaciones culturales y económicas de las finanzas digitales.
Aunque la criptomoneda promete descentralización e innovación, en realidad refleja sistemas más amplios de despojo y riesgo especulativo — alentando a los usuarios a participar en un juego amañado donde las plataformas siempre salen ganando.
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