La Implantación de un Control Activo de los Aerogeneradores Tiene como Objetivo Reducir en un 80% la Mortalidad de las Aves.
Una inconveniente realidad a la que se enfrenta el sector de las energías limpias, y que parece preocupar mucho a la industria de los combustibles fósiles, es el hecho innegable de que los aerogeneradores provocan la muerte de aves. Los investigadores sugieren que un diseño más inteligente de las turbinas podría reducir sustancialmente este impacto.
La cuantificación del número de aves que chocan con las palas giratorias de los aerogeneradores y perecen es una tarea ardua. Por otra parte, el tema tiene tanta carga política que investigarlo podría justificar la cautela. La American Bird Conservancy ha examinado algunas de las pruebas existentes y sugiere que la estimación de al menos un millón de muertes de aves al año sólo en Estados Unidos es probablemente una subestimación.
La necesidad imperiosa de encontrar una solución
Aunque este número es significativamente inferior a los 25,5 millones de aves que se calcula que chocan involuntariamente con tendidos eléctricos aéreos cada año, a los aproximadamente 980 millones de aves que mueren cada año por colisiones con edificios o a los asombrosos 1.400 a 3.700 millones de aves que son víctimas de los gatos domésticos, sigue siendo una cifra inaceptable. Este problema requiere atención porque, a medida que avanzamos hacia una red energética plenamente sostenible, la necesidad de un número creciente de turbinas en las próximas décadas hace imperativo encontrar una solución.
Unos científicos del SINTEF y del Centro Noruego de Investigación Energética Respetuosa con el Medio Ambiente tienen en mente una solución potencialmente eficaz para muchas situaciones.
Tecnología de detección de aves en las turbinas
El concepto es relativamente sencillo: equipar cada turbina con cámaras capaces de detectar aves que se dirijan directamente a la trayectoria del rotor. Un software especializado calculará entonces la trayectoria de vuelo prevista de las aves y, si existe riesgo de colisión, el sistema transmitirá órdenes de control para ralentizar las palas. Esto se conseguirá ajustando el momento del generador y modificando la torsión de las palas.
El sistema puede configurarse para apagar completamente las turbinas en caso de que se aproxime un número significativo de aves. Sin embargo, es importante tener en cuenta que una turbina grande puede tardar hasta 20 segundos en detenerse por completo desde su velocidad de rotación normal.
Según García Rosa, “basándonos en nuestras simulaciones, creemos que el proyecto SKARV tiene potencial para reducir las colisiones mortales hasta en un 80%. La próxima fase consiste en perfeccionar las estrategias de control de la velocidad de rotación de las palas e integrarlas con métodos de identificación de la trayectoria de vuelo de las aves. Posteriormente, pretendemos realizar demostraciones prácticas. Prevemos que la tecnología SKARV podría comercializarse en un plazo de cinco años, posiblemente antes si existe un interés significativo por parte de la industria.”
La preocupación por el medio ambiente y la necesidad de soluciones pragmáticas
Este problema puede dar lugar a dinámicas interesantes, ya que incluso los líderes de la industria del carbón pueden convertirse en defensores de las preocupaciones medioambientales. Si las interrupciones por aves se convierten en un problema recurrente para la generación de energía limpia, sistemas como SKARV podrían hacer que los defensores de la energía limpia adoptaran enfoques más pragmáticos. Algunos investigadores sostienen que las aves están aprendiendo a evitar las turbinas por sí solas. No obstante, con más de un millón de aves muertas al año sólo en Estados Unidos, sigue siendo un problema que merece la pena abordar. Esperamos con impaciencia actualizaciones sobre el progreso de los ensayos.
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