La enigmática aurora azul sugiere fenómenos atmosféricos inexplorados

Imagínese una aurora y probablemente se imaginará remolinos verdes bailando en un cielo helado. Aunque el verde es común, las auroras pueden mostrar una variedad de colores dependiendo de la altitud, la ubicación y los gases atmosféricos implicados.
Durante una potente tormenta geomagnética en mayo de 2024, apareció una inusual aurora azul en latitudes bajas, que alcanzó alturas extraordinarias. Utilizando imágenes captadas por ciudadanos científicos de Japón, los físicos Sota Nanjo y Kazuo Shiokawa analizaron el fenómeno. Sugieren que los iones moleculares de nitrógeno, acelerados hacia arriba por un mecanismo desconocido, crearon el inquietante resplandor azul.
Esto plantea un misterio: los iones de nitrógeno son pesados y suelen durar poco a gran altitud. No está claro cómo persistieron el tiempo suficiente para producir la aurora.
Las auroras suelen formarse cuando las partículas solares, expulsadas por el Sol en eventos como las eyecciones de masa coronal, chocan con el campo magnético de la Tierra. Estas partículas se canalizan a lo largo de las líneas del campo magnético hacia los polos, donde energizan los gases atmosféricos. Cuando estos gases vuelven a su estado normal, emiten fotones, creando el resplandor de la aurora.
Los colores de la aurora y el inusual resplandor azul de mayo de 2024

Los colores varían según el gas y la altitud. El oxígeno produce resplandores verdes y rojos, mientras que el nitrógeno emite azules y rojos. Inusualmente, la tormenta de mayo de 2024 provocó auroras rosas y azules en latitudes bajas. Los investigadores midieron la aurora azul y observaron que se extendía a lo largo de 1.200 kilómetros y alcanzaba altitudes de entre 400 y 900 kilómetros, superiores a la órbita de la Estación Espacial Internacional.
Las auroras de baja latitud suelen estar relacionadas con la corriente anular de la Tierra, un toroide de partículas cargadas que gira alrededor del ecuador. Sin embargo, la alineación de este fenómeno con las líneas del campo magnético sugiere la existencia de otro mecanismo. La hipótesis de los investigadores es que los iones de nitrógeno molecular fueron acelerados hacia arriba, pero aún se desconoce la causa.
Este enigmático proceso apunta a un mecanismo atmosférico aún por descubrir. A medida que aumente la actividad solar en los próximos años, más observaciones de este tipo de auroras podrían revelar las respuestas.