La enfermedad renal es una amenaza mundial: empecemos a tratarla como tal

La 78ª Asamblea Mundial de la Salud, que se celebrará el 19 de mayo, será una de las más difíciles para los ministros de sanidad de todo el mundo. Con la salida de EE.UU. de la OMS, los conflictos en curso y la creciente inestabilidad económica, la crisis financiera de la organización se ha agravado. Incluso antes de la retirada de Estados Unidos, la OMS luchaba con fondos limitados y buscaba diversificar sus ingresos. Ahora, los delegados deben asignar urgentemente los escasos recursos donde más se necesitan.

A pesar de los retos actuales, los delegados deben centrarse en objetivos a largo plazo. Esta reunión ofrece una oportunidad clave para reducir el impacto mundial de las enfermedades no transmisibles (ENT), en consonancia con el Objetivo 3.4 de las Naciones Unidas. La Asamblea debería apoyar una resolución que inste a la OMS a reconocer la enfermedad renal como una de las principales causas de muerte y discapacidad, añadiéndola a su lista de ENT prioritarias junto con el cáncer, las enfermedades cardiovasculares, la diabetes y las enfermedades respiratorias.

Impacto mundial de la enfermedad renal

La enfermedad renal afecta a 674 millones de personas en todo el mundo (8,5% de la población) y es una de las principales causas de muerte prematura. Para 2040, las proyecciones indican que se convertirá en la quinta causa de pérdida de años de vida. La disfunción renal aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares, agrava la diabetes y la hipertensión y contribuye a otras afecciones como el cáncer y la demencia. También conlleva una mala calidad de vida y problemas de salud mental. La enfermedad renal crónica está aumentando especialmente en regiones como Mesoamérica, India y Sri Lanka, donde incrementa la mortalidad y la discapacidad.

«La enfermedad renal a menudo no se notifica, especialmente en los países de ingresos bajos y medios, donde muchas personas desconocen su enfermedad». Esto provoca retrasos en el diagnóstico, peores resultados sanitarios y mayores tasas de mortalidad.

Consideraciones financieras y petición de apoyo mundial para abordar la enfermedad renal

Pocos países de renta alta apoyan la resolución, alegando la crisis financiera de la OMS y los 16 millones de dólares que se calcula que se necesitan para su aplicación en siete años. Sin embargo, esta modesta inversión podría desbloquear más fondos para la investigación y el tratamiento de las enfermedades renales. Dada la carga económica, como el coste de 7.000 millones de libras (9.300 millones de dólares) en el Reino Unido, es un precio pequeño para los beneficios potenciales.

La OMS ya apoya los esfuerzos para la diabetes, las cardiopatías y la hipertensión, y la enfermedad renal debería tratarse de forma similar, con terapias asequibles integradas en las estrategias existentes para las ENT. Las sociedades mundiales de nefrología subrayan que si no se da prioridad a la enfermedad renal se pierde la oportunidad de reducir las muertes evitables.

A pesar de los retos actuales, abordar la enfermedad renal es crucial para cualquier estrategia que aborde la carga mundial de ENT. Adoptar la resolución de la OMS es un primer paso vital.

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