Huracanes En Aguas Profundas: Efectos Climáticos De Gran Alcance
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Los científicos del Instituto Scripps de Oceanografía de la Universidad de California, junto con un colega de la Universidad Brandeis y dos de la Universidad Estatal de Oregón, han descubierto evidencias de que los tifones y huracanes pueden empujar el agua caliente hacia las profundidades del océano, transportándola a lugares muy diversos.
Los resultados, publicados en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, se basan en el estudio del estado del océano antes y después de tres temporales ocurridos en determinadas zonas del Mar de Filipinas.
En estudios anteriores se ha demostrado que la formación de tifones y huracanes se inicia con la evaporación de agua tropical caliente a la atmósfera. Aunque se han realizado numerosas investigaciones sobre los efectos de estas tormentas en zonas pobladas de tierra firme, se ha prestado poca atención a la comprensión de su impacto en el océano.
Una expedición a vela para investigar el impacto de los tifones en el mar de Filipinas
Para cubrir esta laguna de conocimiento, un grupo de investigadores se embarcó en una navegación por el mar de Filipinas en otoño de 2018, coincidiendo con la formación de tres tifones. Eso les permitió investigar las repercusiones de estas tormentas en el océano. El equipo emplazó sondas en el mar para medir el movimiento y la temperatura del agua antes y después de que los tifones tocaran tierra.
Los resultados revelaron que cada tifón empujó el agua caliente de la superficie hacia las profundidades del océano. Asimismo, las tormentas causaron turbulencias en el agua, lo que provocó la mezcla del agua caliente de las capas superiores con el agua más fría de las capas inferiores. Posteriormente, las olas submarinas generadas por los tifones obligaron al agua más caliente a hundirse aún más, mientras el sol recalentaba el agua más fría de la superficie.
Observaron que el agua caliente descendía hasta profundidades de 300 metros y persistía durante un mínimo de tres semanas tras el paso del ciclón.
Los investigadores descubrieron además que, una vez que el agua caliente era empujada hacia abajo, era arrastrada por las corrientes oceánicas profundas. Descubrieron pruebas que sugerían que esta agua cálida procedente de los tifones llegaba a las costas de Ecuador y California impulsada por estas corrientes.
Al aproximarse a la costa, el agua ascendió a la superficie a través de corrientes de bajamar y mezclas turbulentas. El equipo postuló que el movimiento de agua oceánica caliente por tifones y huracanes podría tener implicaciones para las condiciones meteorológicas en regiones lejanas a medida que el agua resurge a la superficie.
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