El último barco del renombrado explorador fue encontrado naufragado frente a la costa de Canadá
La Sociedad Geográfica Real Canadiense (RCGS, por sus siglas en inglés) ha localizado el naufragio del barco utilizado en la última expedición antártica de Sir Ernest Shackleton frente a la costa de Labrador. La embarcación, llamada el Quest, se hundió en mayo de 1962, el mismo barco en el que Sir Ernest Shackleton falleció en 1922.
Las expediciones antárticas de Shackleton Sir Ernest Shackleton se encuentra entre los pioneros de la exploración antártica temprana, junto a figuras como el “Capitán Falcon Scott, Roald Amundsen y el Almirante Richard Byrd.” Comenzó su carrera como tercer oficial en la Expedición Discovery de Scott (1901-1904), pero regresó a casa debido a problemas de salud. Shackleton más tarde dirigió la Expedición Nimrod (1907-1909), que lo llevó a 97 millas geográficas (180 km) del Polo Sur, marcando un logro significativo aunque sin llegar al Polo en sí. “Recibió un título de caballero por sus esfuerzos.”
“Tras la exitosa expedición al Polo Sur de Amundsen en 1911, Shackleton organizó la Expedición Imperial Trans-Antártica (1914-1917) con el ambicioso objetivo de cruzar la Antártida vía el Polo.” La expedición enfrentó un contratiempo dramático cuando su barco, el Endurance, quedó atrapado en el hielo y eventualmente se hundió en 1915. Shackleton y su tripulación se vieron obligados a abandonar el barco y viajaron en botes salvavidas para llegar a la Isla Elefante después de que la banquisa se rompiera.
Desde allí, Sir Ernest Shackleton y cinco compañeros emprendieron un viaje extraordinario en uno de los botes abiertos, cubriendo una distancia de 720 millas náuticas (830 millas o 1,330 km) para llegar a la Isla Georgia del Sur en el Atlántico Sur. Luego cruzaron la espina montañosa de la isla sin equipo adecuado para llegar a la estación ballenera. Posteriormente, Shackleton lideró una exitosa expedición de rescate el 30 de agosto de 1916 para recuperar al resto de la tripulación sin ninguna baja.
En 1921, Shackleton inició su última expedición, “la Expedición Shackleton-Rowett.” Adquirió un buque foquero de casco de madera construido en Noruega, originalmente llamado Foca, que Lady Shackleton renombró como el Quest. Inicialmente planeada para explorar el área alrededor de la Bahía de Baffin en Canadá, Shackleton enfrentó desafíos para obtener el permiso del gobierno canadiense. En consecuencia, redirigió la expedición de regreso a la Antártida con el objetivo de cartografiar la costa y las islas adyacentes.
Desafortunadamente, Shackleton nunca regresó a la Antártida. “Falleció de un ataque al corazón a la edad de 47 años mientras hacía una parada en la Isla Georgia del Sur.” A petición de su viuda, el lugar de descanso final de Shackleton fue Grytviken en la Isla Georgia del Sur, marcando la única muerte entre las expediciones que dirigió.
Después de renovaciones, el Quest continuó la exploración polar en la década de 1920, incluyendo la audaz misión de rescate de los sobrevivientes del accidente del dirigible Ártico Italia. Volvió a la caza de focas en 1930 y sirvió como barco de carga y dragaminas para la Royal Navy durante la Segunda Guerra Mundial.
Descubrimiento del naufragio del Quest en aguas canadienses El viaje final del Quest ocurrió durante una expedición de caza de focas en 1962 cuando el hielo perforó el casco, causando que el barco se hundiera bajo las aguas frías. Afortunadamente, todos los miembros de la tripulación fueron rescatados.
La imagen de sonar reveló el naufragio del Quest en posición vertical en el fondo del océano a 1,280 pies (390 metros). Su estado intacto coincidía con las dimensiones de la expedición ártica canadiense de Sir Ernest Shackleton. El descubrimiento conmovió profundamente a Alexandra Shackleton, su nieta y copatrona de la Expedición Shackleton Quest. “Ella vinculó emocionalmente el legado de su familia con la historia del barco en aguas canadienses, expresando gratitud a quienes lo localizaron, marcando un momento significativo en la historia marítima.”
El descubrimiento del Quest en aguas canadienses es profundamente significativo para Alexandra Shackleton, destacando su importancia histórica y los lazos personales con el legado de su familia. El hallazgo cumple una esperanza largamente mantenida y honra el legado de exploración y descubrimiento de Sir Ernest Shackleton.
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