El programa hipersónico se enfrenta a la incertidumbre tras el desmantelamiento de los motores de reacción

Reaction Engines
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Reaction Engines echa el cierre y afecta a la innovación aeroespacial
Un actor importante en la innovación aeroespacial ha cerrado sus puertas. Reaction Engines, que llevaba desarrollando tecnología de motores hipersónicos desde 1989, ha entrado en concurso de acreedores, lo que tendrá importantes repercusiones en el programa británico de armas hipersónicas y en otros programas.
Alan Bond fundó la empresa hace 35 años; fue el ingeniero principal del Proyecto Daedalus de la Sociedad Interplanetaria Británica y diseñó el avión espacial de una sola etapa a órbita HOTOL de British Aerospace. Philip Dunne, antiguo ministro de Defensa, presidió la empresa.Reaction Engines se especializó en sistemas avanzados de propulsión espacial, con el objetivo principal de construir el avión espacial Skylon, al tiempo que concedía licencias de sus tecnologías clave a diversos proyectos y realizaba pruebas para clientes, entre ellos las Fuerzas Aéreas estadounidenses.
El motor SABRE atrae a los inversores
El motor cohete de respiración aérea sinérgica (SABRE, por sus siglas en inglés), que cuenta con un sistema de refrigeración regenerativo diseñado para proteger los motores a reacción hipersónicos enfriando rápidamente el aire entrante con hidrógeno líquido, despertó el interés de inversores como BAE Systems, que adquirió el 20% de las acciones de Reaction Engines en 2015. Esto llevó a otras inversiones de Boeing, Rolls-Royce y otros.
Sin embargo, este año la empresa se enfrentó a graves problemas financieros debido a un crecimiento más lento de lo esperado y a su incapacidad para garantizar una financiación adicional de 150 millones de libras (193 millones de dólares), ya que BAE Systems y Rolls-Royce no estaban dispuestas a aportar capital de rescate.
Como resultado, desde el 31 de octubre, Reaction Engines está bajo el control de los administradores PricewaterhouseCoopers (PwC). El sitio web de la empresa redirige ahora a los usuarios a PwC, que ha emitido un comunicado en el que afirma que compartirá más información con los acreedores a medida que evalúe los activos. Los informes indican que la dirección despidió a 173 de los 208 empleados de la empresa.
Consecuencias para el programa hipersónico británico
Las consecuencias del cierre de Reaction Engines son importantes. La empresa desempeñaba un papel crucial en el programa HTCDF (Hypersonic Technologies & Capability Development Framework) del gobierno británico, dotado con 1.000 millones de libras (1.300 millones de dólares) y destinado a desarrollar el primer misil hipersónico del país. La pérdida de la tecnología SABRE ha puesto en peligro el progreso del programa y ha obligado al gobierno a esforzarse por resolver los contratiempos.
Además, la tecnología de refrigeración era utilizada por varios equipos de Fórmula 1, incluidos los asociados a Mercedes-Benz.
Declaración del administrador de PwC
«Es profundamente decepcionante que esta empresa pionera, con un legado de 35 años de liderazgo en innovación aeroespacial, no haya podido conseguir la financiación necesaria para continuar sus operaciones», dijo Sarah O’Toole, administradora conjunta y socia de PwC. «Reconocemos que este es un momento increíblemente incierto y desafiante para los talentosos y dedicados empleados de la empresa. Nos comprometemos a ofrecerles el apoyo que necesiten durante este period».