El Gran Avance de la Obesidad: Perder peso Comiendo Menos

Algunos científicos han desentrañado cómo un grupo de astrocitos, unas células cerebrales únicas situadas en el hipotálamo, induce la obesidad en ratones. Por otra parte, su investigación identificó un medicamento que bloqueaba este mecanismo, lo que provocaba una reducción de peso sin afectar al apetito ni al consumo de alimentos.
Dentro del hipotálamo, una región vital del cerebro encargada de regular la ingesta de alimentos y el gasto energético, se encuentran la mayoría de las neuronas implicadas en el control de la alimentación y el peso corporal.
Los receptores GABA A actúan sobre el ácido gamma-aminobutírico (GABA), el neurotransmisor predominante en el hipotálamo. En su calidad de neurotransmisor inhibidor, el GABA desempeña un papel crucial en el mantenimiento del equilibrio energético del organismo al determinar las señales de hambre y saciedad. Cuando se alcanza un estado de saciedad, el GABA inhibe la señal de hambre, evitando que se coma en exceso.
El “centro del hambre” del cerebro y su papel en el metabolismo de las grasas
El hipotálamo lateral (LH), también denominado área hipotalámica lateral (LHA), es el “centro del hambre” del cerebro. Una de sus funciones principales es estimular el comportamiento alimentario; cuando se activa, induce la sensación de hambre. Aunque se sabe que las neuronas LH están conectadas con el tejido adiposo y participan en el metabolismo de las grasas, su mecanismo preciso de regulación del metabolismo de las grasas sigue sin estar claro. Una nueva investigación dirigida por el Instituto de Ciencias Básicas de Corea del Sur ha investigado las células del hipotálamo lateral de ratones, centrándose específicamente en el papel que desempeña un tipo concreto de célula llamada astrocito en la regulación del metabolismo de las grasas.
Dentro del hipotálamo, existe un grupo de neuronas que expresa específicamente la subunidad alfa-5 del receptor GABA A, conocida como GABRA5. Además, el estudio reveló que en los ratones obesos inducidos por la dieta se producía una notable disminución de la actividad de disparo marcapasos de las neuronas GABRA5. Las neuronas marcapasos ejercen influencia sobre las redes neuronales generando ráfagas rítmicas intrínsecas de actividad.
Una clave para controlar el peso mediante el metabolismo de la grasa parda
La inhibición de GABRA5 mediante quimiogenética en ratones provocó una reducción de la termogénesis en el tejido adiposo marrón (BAT), comúnmente conocido como grasa parda, lo que condujo a la acumulación de grasa y al aumento de peso. En cambio, la reactivación de las neuronas hipotalámicas GABRA5 provocó pérdida de peso, lo que indica que estas neuronas actúan como interruptor de regulación del peso.
Tras un examen más detallado, los investigadores descubrieron que los astrocitos reactivos del LH eran los responsables de controlar la actividad de las neuronas GABRA5. A diferencia de los astrocitos típicos, que desempeñan funciones metabólicas y neuroprotectoras en el sistema nervioso central, los astrocitos reactivos, desencadenados por condiciones patológicas, reducen estas funciones de apoyo.
En ratones obesos, estos astrocitos reactivos presentaban niveles elevados de monoamino oxidasa-B (MAO-B), una enzima implicada en la síntesis de GABA por los astrocitos. La sobreexpresión de MAO-B inhibía las neuronas GABRA5 circundantes. Sin embargo, cuando los investigadores suprimieron el gen MAO-B en los astrocitos reactivos, se redujo la secreción de GABA, invirtiendo la inhibición. Esto, a su vez, aumentó la termogénesis en los tejidos adiposos de los ratones obesos, con la consiguiente pérdida de peso incluso cuando consumían una dieta hipercalórica. Estos resultados sugieren que atacar la enzima MAO-B producida por los astrocitos reactivos podría ofrecer un enfoque eficaz para el tratamiento de la obesidad sin afectar al apetito.
Identificación de los astrocitos reactivos como culpables de la obesidad
“Los enfoques anteriores para tratar la obesidad actuando sobre el hipotálamo se centraban principalmente en las vías neuronales relacionadas con el control del apetito”, explica Moonsun Sa, autor principal del estudio. “Para abordar esta limitación, desplazamos nuestra atención a los astrocitos no neuronales y señalamos a los astrocitos reactivos como la causa subyacente de la obesidad”.
La monoamino oxidasa-B (MAO-B) es un objetivo terapéutico bien reconocido en el tratamiento de la enfermedad de Parkinson. Un inhibidor reversible y selectivo de la MAO-B recientemente desarrollado, el KDS2010, se ha mostrado prometedor como tratamiento de la enfermedad de Parkinson y actualmente está siendo sometido a ensayos clínicos tempranos. En el presente estudio, los investigadores probaron los efectos del KDS2010 en sus modelos de ratones obesos y observaron que el medicamento resultó en una “reducción significativa” en la acumulación de grasa y el peso sin afectar la ingesta de alimentos.
“A la luz de la designación de la obesidad por la Organización Mundial de la Salud como la ‘enfermedad infecciosa emergente del siglo XXI’, vemos en el KDS2010 un posible tratamiento de la obesidad de nueva generación que puede combatir eficazmente la obesidad sin suprimir el apetito”, comentó C. Justin Lee, autor correspondiente del estudio.
Esta investigación se publicó en la revista Nature Metabolism, y el siguiente vídeo, producido por el Instituto de Ciencias Básicas, muestra las conclusiones del estudio.
Read the original article on: New Atlas
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