El experimento de vacuna contra el VIH induce potentes anticuerpos en humanos

Cuando una vacuna es eficaz, debe estimular la producción de anticuerpos en las personas inmunizadas, que están preparados para neutralizar futuras infecciones. Para que se considere segura, debe conseguirlo en la mayoría de los individuos sin causar efectos secundarios significativos ni reacciones adversas.
El nuevo candidato a vacuna contra el VIH está sorteando retos familiares en las primeras fases de los ensayos clínicos, logrando éxitos en un área mientras encuentra obstáculos en otra. Sin embargo, se han hecho progresos. Los desarrolladores han reformulado la vacuna para mejorar su seguridad de cara a futuros estudios, y los resultados recientes muestran que la vacuna genera con éxito anticuerpos ampliamente neutralizantes (bnAbs) en un pequeño número de participantes.
Las dificultades para generar anticuerpos ampliamente neutralizantes
Durante la epidemia de VIH/SIDA de principios de la década de 1990 se descubrieron por primera vez anticuerpos ampliamente neutralizantes, capaces de reconocer y neutralizar múltiples cepas del VIH, en algunas personas seropositivas. Inmediatamente se hizo patente su potencial, pero la creación de una vacuna capaz de generar bnAbs en humanos ha sido un objetivo difícil de alcanzar a pesar de décadas de investigación. Sólo entre el 10% y el 25% de las personas seropositivas desarrollan bnAbs de forma natural, y esto puede llevar años.
Por consiguiente, la noticia de que una vacuna candidata indujo bnAbs en varios individuos tras dos dosis en un pequeño ensayo clínico es prometedora. « Fue muy emocionante ver que, con esta molécula de vacuna, podíamos conseguir que aparecieran anticuerpos neutralizantes en cuestión de semanas», afirma Wilton Williams, inmunólogo del Duke Human Vaccine Institute (DHVI) que dirigió el estudio.
La vacuna contra la envoltura estable del VIH-1 entra en la fase I de ensayo clínico
La vacuna se dirige al VIH-1, el tipo más común de VIH, centrándose en una parte estable de su envoltura externa. El ensayo clínico de fase I, que comenzó en 2019, incluyó a 24 participantes sanos, cuatro de los cuales recibieron un placebo.
El ensayo se detuvo después de que una persona tuviera una reacción alérgica grave al polietilenglicol (PEG), utilizado para estabilizar la vacuna. Antes de la interrupción, cinco personas recibieron tres de las cuatro dosis previstas, y otras 15 recibieron dos.
La vacuna se reformuló sin PEG para reanudar el ensayo. Los análisis mostraron una fuerte respuesta inmunitaria tras dos dosis. Dos de las cinco personas que recibieron tres dosis antes de la interrupción del ensayo generaron bnAbs. Los anticuerpos más potentes neutralizaron entre el 15% y el 35% de las cepas del VIH en experimentos celulares.
Avance de las vacunas contra el VIH
«Este trabajo constituye un avance significativo, ya que demuestra el potencial de inducir anticuerpos mediante inmunización capaces de neutralizar las cepas más resistentes del VIH», afirma el inmunólogo del DHVI Barton Haynes.
«Los siguientes pasos son generar anticuerpos neutralizantes más potentes dirigidos a distintos lugares del VIH para impedir que el virus escape. Aún no lo hemos conseguido, pero el camino a seguir es ahora mucho más claro.»
Aunque se encuentra todavía en sus primeras fases, disponer de opciones es alentador. Hay otras estrategias prometedoras para desarrollar vacunas eficaces contra diversas cepas del VIH que han fracasado en ensayos clínicos de última fase, lo que pone de relieve los inmensos retos que plantea la creación de una vacuna contra el VIH.
Mientras las potenciales vacunas sufren reveses, otros tratamientos avanzan. En diciembre de 2023, un ensayo pionero demostró que la terapia preventiva reducía la probabilidad de contraer el VIH en un 86% con un uso constante.
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