Destilerías de bourbon: Una nueva fuente de energía renovable

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En Kentucky, se espera que la demanda de bourbon se duplique en los próximos cinco años, mientras que la cabaña ganadera del estado ha alcanzado su nivel más bajo desde 1951. Estos dos hechos podrían unirse para transformar las destilerías de bourbon en una nueva fuente de biocombustibles.
Al final del proceso de destilación del bourbon, queda una sustancia conocida como «vinaza». Este material rico en proteínas consiste en los granos utilizados para alimentar la levadura responsable de la fermentación, junto con células de levadura muertas y otros subproductos del proceso. Normalmente, se utiliza como pienso para el ganado vacuno y otros animales. En 2020, sólo Kentucky produjo 127,2 millones de galones de bourbon, y por cada galón de la bebida espirituosa se generó diez veces más vinaza.
Retos medioambientales del transporte de la vinaza
Aunque la reutilización de la vinaza como pienso ayuda a reducir los residuos, su transporte conlleva una importante huella de carbono. A veces, la vinaza se procesa para separar los sólidos de los líquidos y se refina en un jarabe que mejora las materias primas existentes. Sin embargo, este proceso consume mucha energía y muchas destilerías pequeñas -responsables del 60% de la producción de Kentucky- carecen de capacidad para llevarlo a cabo.
Además, la cabaña ganadera estadounidense está en su nivel más bajo desde 1951, según el Departamento de Agricultura. Esto hace que el uso de la vinaza como alimento animal sea cada vez menos viable para los productores de bourbon.
Buscando un uso más eficiente para este subproducto, los investigadores del James B. Beam Institute for Kentucky Spirits estudiaron la posibilidad de convertirlo en metano, un gas natural.
La composición del grano influye en el rendimiento de metano
Dado que la vinaza se compone de una mezcla de cereales -como maíz, cebada, centeno y trigo-, los científicos realizaron experimentos para evaluar cómo reaccionaban las distintas combinaciones de estos cereales al ser digeridos por bacterias anaerobias. Comprobaron que las mezclas con mayor contenido de centeno producían menos metano, mientras que las que tenían mayor contenido de maíz eran las que producían más metano.

Jordan Strickler, Martin-Gatton College of Agriculture, Food and Environment/University of Kentucky
El metano, cuando se libera a la atmósfera, contribuye al calentamiento global. Sin embargo, cuando se quema, es más eficiente y emite menos dióxido de carbono que combustibles populares como la gasolina y el carbón. Esto lo convierte en una fuente de energía «más limpia». Convertir la vinaza en metano podría permitir su uso para alimentar destilerías, alimentar camiones, calentar hogares o generar electricidad.
«Este estudio demuestra que las destilerías no sólo pueden mitigar la carga medioambiental del exceso de vinaza, sino también crear un sistema circular en el que los residuos se convierten en combustible», explica Tyler Barzee, profesor adjunto de Biosistemas e Ingeniería Agrícola en el JBBI. «Se trata de una solución local que podría posicionar a Kentucky como líder tanto en la producción de bourbon como en energías renovables.»