Correlación entre la salud mental y los efectos adversos del juego en los estudiantes

Según un estudio reciente, los estudiantes universitarios con ansiedad social y depresión son más propensos al “juego previo” (beber alcohol antes de asistir a eventos sociales) y, como consecuencia, sufren más consecuencias negativas. Estos descubrimientos subrayan la importancia de las intervenciones dirigidas a los problemas de salud mental para abordar el consumo problemático de alcohol.
Pregaming”, también conocido como “preparting”, “frontloading” o “preloading”, consiste en consumir alcohol antes de asistir a acontecimientos sociales, como fiestas o salidas nocturnas, lo que a menudo conduce a un mayor consumo de alcohol. Una investigación reciente indica que más del 50% de los estudiantes universitarios han participado en este tipo de consumo en los últimos 30 días.
Explorando la relación entre el juego previo, los motivos, la salud mental y las consecuencias en los estudiantes universitarios
Participando en pregaming consistentemente se asocia con consecuencias negativas relacionadas con el alcohol, que abarcan los desafíos académicos e interpersonales, el aumento de los riesgos de lesiones, agresión física y sexual, DUIs, y desmayos. Recientemente se ha llevado a cabo un estudio en el que se han investigado las conexiones entre los motivos del juego previo, la ansiedad social, la depresión y las consecuencias negativas asociadas al juego previo en los últimos 30 días entre estudiantes universitarios.
En el estudio participaron 485 estudiantes universitarios a tiempo completo, de entre 18 y 24 años, que asistían a una única gran universidad privada de Estados Unidos. Estos estudiantes declararon haber jugado al menos una vez a la semana durante el último mes. La mayoría de la muestra era blanca (47,8%), de sexo femenino (67,2%) y cisgénero.
Mediante el Inventario de Motivaciones Previas al Juego (PMI, por sus siglas en inglés), los investigadores evaluaron cuatro subtipos de motivos previos al juego: mejora interpersonal (p. ej., “Para conocer nuevos amigos”), búsqueda de intimidad (p. ej., “Para aumentar las posibilidades de ligar”), control situacional (p. ej., “Para tener control sobre lo que consumo”) y barreras al consumo (p. ej., “Porque soy menor de edad y no puedo comprar alcohol en el lugar de destino”). También se evaluaron los síntomas de ansiedad social y depresión y se utilizó el Cuestionario Breve de Consecuencias para Adultos Jóvenes (B-YAACQ) para evaluar las consecuencias experimentadas en los días en los que se consumía antes del juego.
Examen de la categorización de los participantes en función de la ansiedad social, los síntomas de depresión y las motivaciones previas al juego
Los participantes se clasificaron en cuatro perfiles en función de sus respuestas: El 59,5% presentaba síntomas leves/moderados de ansiedad social y depresión con una motivación moderada para el juego previo, el 12,7% tenía síntomas mínimos de ansiedad social y depresión con una motivación baja para el juego previo, el 15,6% mostraba síntomas subclínicos/elevados de ansiedad social y depresión con una motivación alta para el juego previo, y el 12,1% mostraba síntomas clínicamente elevados de ansiedad social y depresión con una motivación moderada.
El perfil con síntomas subclínicos/elevados de ansiedad social y depresión declaró la mayor frecuencia de juego previo y el mayor número de consecuencias relacionadas con la bebida en el último mes. Experimentaron una media de tres desmayos y medio inducidos por el alcohol, una cifra significativamente superior a la de cualquier otro grupo y casi el doble que la del perfil con síntomas leves/moderados de ansiedad social y depresión. Este grupo también expresó más motivaciones para el juego previo, sobre todo en las áreas de mejora interpersonal y búsquedas íntimas, en comparación con los demás perfiles.
Menores niveles de alcohol en sangre y consecuencias limitadas en un subconjunto con síntomas mínimos de ansiedad social y depresión
Por el contrario, el grupo identificado con síntomas mínimos de ansiedad social y depresión presentó unos niveles de alcohol en sangre (BAL) calculados notablemente más bajos y notificó el menor número de consecuencias relacionadas con el alcohol de todos los grupos. No obstante, este grupo seguía alcanzando niveles de alcoholemia superiores al 0,08%.
Los resultados del estudio indican que abordar la ansiedad social junto con la depresión es una consideración crucial a la hora de adaptar las intervenciones dirigidas a los preadictos.
Los investigadores subrayaron: “Nuestros hallazgos tienen importantes implicaciones clínicas. La ansiedad social y los síntomas de depresión aparecen como factores de riesgo significativos tanto para el consumo previo al juego como para sus consecuencias. Las intervenciones que tradicionalmente se dirigen a los motivos sociales del consumo de alcohol, como las normas e intervenciones sociales, pueden servir mejor a los individuos con estos síntomas incorporando debates que ayuden a los estudiantes a alcanzar sus objetivos de juego previo sin depender de él como mecanismo de afrontamiento de sus síntomas.”
Read the original article on: New Atlas
Read more: Surprising Discovery: Students Get Bored During Exams