Una investigación identifica los primeros indicios del final del periodo húmedo africano

El paso del periodo húmedo africano (PHA) a condiciones áridas en el norte de África constituye un ejemplo destacado de los puntos de inflexión climáticos en los registros geológicos recientes. Estos puntos de inflexión se producen cuando perturbaciones menores provocan reacciones significativas y no lineales en el sistema climático, dando lugar a una transición a un estado climático claramente diferente, a menudo con profundas implicaciones para los ecosistemas.
Esta transición en el norte de África provocó la desaparición de praderas, bosques y lagos que eran favorables para la habitación humana, obligando a las poblaciones humanas a reubicarse en regiones como las zonas montañosas, los oasis y el delta del Nilo.
Este descubrimiento tiene importantes implicaciones para los investigadores, pues pone de relieve la rapidez y amplitud con que el cambio climático puede afectar a las sociedades humanas.
Los dos tipos de puntos de inflexión en la climatología
Los climatólogos distinguen dos tipos principales de puntos de inflexión: En el primer tipo, los procesos se desaceleran a un ritmo acelerado, lo que dificulta la recuperación del clima de las perturbaciones hasta que se produce una transición. El segundo tipo implica oscilaciones entre climas estables húmedos y secos poco antes de la transición.
Estas ideas se detallan en un artículo titulado «Early warning signals of the termination of the African Humid Period(s)», publicado en Nature Communications.
Martin Trauth detalla las distintas señales de alerta temprana de cada tipo de punto de inflexión y subraya la importancia de estudiarlas y comprenderlas para predecir posibles puntos de inflexión climáticos futuros inducidos por actividades humanas. Mientras que el primer tipo manifiesta una reducción de la variabilidad, la autocorrelación y la asimetría, el segundo presenta fluctuaciones contrastadas que a veces dificultan la detección de un punto de inflexión inminente.
En un trabajo a gran escala dirigido por Martin Trauth y colaboradores de las Universidades de Colonia, Aberystwyth y Addis Abeba, los investigadores analizan sedimentos lacustres recuperados mediante perforaciones científicas profundas en la cuenca de Chew Bahir, un antiguo lago de agua dulce del este de África.
Análisis de sedimentos lacustres de la cuenca de Chew Bahir
Colaboradores de las Universidades de Colonia, Aberystwyth y Addis Abeba examinan los sedimentos lacustres obtenidos mediante perforaciones científicas profundas en la cuenca de Chew Bahir, un antiguo lago de agua dulce del este de África.
«Para este estudio, examinamos seis testigos de perforación más cortos (de 9 a 17 metros) y dos más largos (292 metros), que aportan datos sobre la historia climática de la región en los últimos 620.000 años», dilucida la Dra. Verena Förster-Indenhuck, de la Universidad de Colonia.
«Al final del Periodo Húmedo Africano (PHA), nuestro análisis de los testigos cortos de Chew Bahir reveló una serie de al menos 14 episodios secos, cada uno de los cuales duró entre 20 y 80 años y se repitió a intervalos de 160±40 años», señala Trauth.
Oscilaciones en condiciones húmedas y secas
«A medida que avanzaba la transición, en torno al 6.000 a.C., también observamos siete episodios húmedos junto a los secos, con duraciones y frecuencias similares. Estas rápidas oscilaciones entre condiciones extremas de humedad y sequía constituyen un notable ‘parpadeo climático’, reproducible en modelos climáticos y evidente en registros ambientales anteriores de Chew Bahir. Esto sugiere que las transiciones parpadeantes son inherentes a la región».
Esta observación se ve corroborada por la similitud de las transiciones observadas en secciones de sedimentos más antiguas. En particular, el cambio de un clima húmedo a uno seco hace aproximadamente 379.000 años refleja fielmente el final del Periodo Húmedo Africano.
«Esta similitud resulta intrigante, ya que se produjo de forma natural, durante un periodo en el que el impacto humano sobre el medio ambiente era mínimo», señala la coautora, la profesora Stefanie Kaboth-Bahr, de la Universidad Libre de Berlín.
Así pues, las pruebas contradicen la idea de que la actividad humana aceleró la desaparición del AHP, como proponen sus colegas estadounidenses. Sin embargo, es innegable que la transición climática afectó profundamente a los habitantes de la región, lo que queda patente en los restos de asentamientos en el valle del Nilo que siguen atrayendo a millones de turistas cada año.