Los alimentos basura dañan el crecimiento del cerebro y afectan a la memoria a largo plazo

Los alimentos basura dañan el crecimiento del cerebro y afectan a la memoria a largo plazo

La ingesta de comida basura durante la adolescencia puede tener un efecto negativo a la memoria a largo plazo. Crédito: Pixabay

Un nuevo estudio revela que consumir una dieta occidental rica en grasas y azúcares durante los años críticos de desarrollo del cerebro puede provocar un deterioro de la memoria a largo plazo. Esta alteración está relacionada con la disminución de un neurotransmisor asociado a la enfermedad de Alzheimer y no se revierte adoptando una dieta saludable en la edad adulta temprana.

La alimentación occidental, caracterizada por un elevado consumo de alimentos procesados, grasas saturadas y azúcares, provoca problemas de salud como comer en exceso, obesidad y trastornos metabólicos. ¿Qué impacto tiene esta dieta en el funcionamiento del cerebro en desarrollo?

El cerebro adolescente

En la adolescencia, el cerebro sigue madurando y experimenta cambios significativos entre los 10 y los 24 años, en los que influyen factores como la genética, las hormonas, el sueño y la dieta. Investigaciones anteriores han asociado una dieta Occidental con la disfunción cognitiva.

Un estudio realizado por investigadores de la Universidad del Sur de California (USC) exploró los efectos perjudiciales de una dieta rica en grasas y azúcares sobre el cerebro y la memoria de los adolescentes utilizando ratas juveniles y adolescentes.

Scott Kanoski, profesor de Ciencias Biológicas de la USC y autor principal del estudio, señaló: “Nuestros hallazgos sugieren que las ratas criadas con una dieta de comida basura presentan alteraciones duraderas de la memoria que persisten en la edad adulta, incluso cuando se las somete a una transición a una dieta sana.”

Repercusiones de la dieta occidental en el desarrollo de ratas jóvenes y adolescentes

Se suministró a las ratas una dieta de comida basura “tipo cafetería”, parecida a la dieta occidental, o una dieta estándar. Las que siguieron la dieta occidental tuvieron acceso a alimentos como comida rica en grasas y azúcares, patatas fritas, tazas de mantequilla de cacahuete recubiertas de chocolate y bebidas azucaradas desde el día 26 postnatal hasta el 56, lo que abarca las etapas juvenil y adolescente.

En el día 56, las ratas a las que se les cambió la dieta occidental por una dieta sana se sometieron a pruebas para evaluar su memoria episódica, que depende del hipocampo para recordar acontecimientos concretos, como una fiesta de séptimo cumpleaños.

El hipocampo del cerebro se muestra en naranja
Depositphotos

Durante la evaluación de la memoria, las ratas exploraron nuevos objetos colocados en distintos lugares. Al cabo de unos días, las ratas se encontraban con un montaje similar al que se añadía un objeto nuevo. La dieta occidental provocó alteraciones persistentes en la memoria episódica, incluso después de cambiar a una dieta saludable.

A distinción de las ratas sometidas a la dieta de control, que mostraban familiaridad con el entorno, las sometidas a la dieta occidental tenían dificultades para recordar qué objeto habían visto previamente y su ubicación.

La dieta occidental no afectó notablemente a las pruebas de memoria dirigidas a regiones cerebrales distintas del hipocampo.

Valoración del impacto de la dieta occidental en los niveles de acetilcolina y la función de la memoria en ratas

En este estudio se examinó cómo afecta la dieta occidental al neurotransmisor acetilcolina, vital para la memoria y el aprendizaje. Los investigadores midieron los niveles más bajos de acetilcolina, comúnmente encontrados en pacientes con enfermedad de Alzheimer, en ambos grupos de ratas durante las pruebas de memoria y los estudios post mortem.

La autora principal, Anna Hayes, declaró: “Laseñalización de la acetilcolina, esencial para codificar y recordar acontecimientos, parece alterada en ratas con una dieta grasa y azucarada.”

Aunque la dieta occidental alteró inicialmente el microbioma intestinal, al volver a una dieta sana se restableció su equilibrio. Sin embargo, los problemas de memoria persistieron, lo que sugiere que fue la acetilcolina, y no el microbioma, la causante de estas alteraciones.

Estos problemas de memoria fueron independientes de los cambios en el peso corporal y el metabolismo, lo que indica que la dieta tiene un impacto duradero en la función cerebral, independientemente de la obesidad.

La modificación de la dieta no revirtió los déficits de memoria, pero sí lo hicieron los fármacos que imitan la acetilcolina. La inyección de estos fármacos en el hipocampo mejoró la memoria de las ratas alimentadas con dietas occidentales.

Los resultados subrayan los riesgos de una dieta occidental para los jóvenes, especialmente los adolescentes con cerebros en desarrollo.

Según Kanoski, “esdifícil hablar de esto sin suscitar preocupación, pero ciertos efectos cerebrales pueden ser más difíciles de revertir cuando se producen en la infancia“.

Se necesitan más estudios para explorar posibles formas de revertir los problemas de memoria causados por una dieta occidental durante la adolescencia.

  • En la mitología griega, Casandra era la hija del rey y la reina de Troya. El dios Apolo, prendado de su belleza, le concedió el don de la profecía. Cuando ella rechazó sus proposiciones, el dios la maldijo, haciendo que sus profecías, a menudo advertencias funestas como advertir a los troyanos contra el caballo de madera, no fueran escuchadas ni atendidas.

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