El peso de la mayor pepita de oro jamás descubierta es igual al de un hombre adulto

En la búsqueda de riqueza rápida, los individuos suelen explorar vías poco convencionales, desde curiosos artefactos como los necropants hasta empresas contemporáneas como Bitcoin. Sin embargo, en medio de la volatilidad de las inversiones en Internet, el oro se erige como un símbolo inquebrantable de valor perdurable. Sin embargo, ni siquiera desenterrar la pepita de oro más grande de la historia ofrece garantías de prosperidad para toda la vida, ya que el mundo de la prospección de oro está plagado de retos e incertidumbres.
Descubrimientos históricos de oro
El 5 de febrero de 1869, en Victoria, Australia, John Deason y Richard Oats, dos mineros de Cornualles, tropezaron con la pepita de oro más grande del mundo y la bautizaron como “Welcome Stranger”. Con un peso de 72 kilogramos (158,7 libras) y 61 centímetros (24 pulgadas) de longitud, su descubrimiento captó la atención mundial. A pesar de su inmenso valor, la pepita se enfrentó a problemas prácticos, ya que hubo que dividirla en lingotes de oro para poder realizar transacciones.
Otro descubrimiento notable, la Pepita Canaa, es la pepita de oro más importante que se conserva, con un peso de 60 kilogramos (134 libras). Desenterrada por Julio de Deus Filho en Brasil en 1983, este notable espécimen es ahora la pieza central de la exposición del Museu de Valores do Banco Central de Brasilia.
Aportaciones tecnológicas modernas
La tecnología avanzada ha revolucionado la prospección de oro, ejemplificada por la “Mano de la Fe”. Descubierta en 1980 por Kevin Hillier con un detector de metales, esta colosal pepita, con un peso de 875 onzas troy, es la mayor jamás encontrada de esta manera.
A pesar de su origen australiano, la “Mano de la Fe” se encuentra ahora en un casino de Las Vegas, donde se subastó por más de un millón de dólares.
La medida del oro
La medida del oro, a menudo expresada en onzas troy, se remonta a la antigüedad. Una onza troy equivale aproximadamente a 31,1 gramos, a diferencia del sistema avoirdupois, más común.
A pesar de la prevalencia del sistema métrico, las onzas troy siguen siendo el estándar para pesar metales preciosos y gemas, especialmente en la industria. Así, cuando se hace referencia a los precios del oro, prevalece la unidad de la onza troy, lo que subraya el legado perdurable y la importancia mundial de este metal precioso.
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