La Clave Para Impedir Futuras Pandemias Puede Radicar En El Estudio De La Fisiología De Los Murciélagos

La Clave Para Impedir Futuras Pandemias Puede Radicar En El Estudio De La Fisiología De Los Murciélagos

Crédito: Pixaobay

Como únicos mamíferos capaces de volar, los murciélagos han desarrollado una serie de rasgos distintivos que permiten a sus cuerpos adaptarse a las exigencias físicas del aleteo nocturno.

Su resistencia física reduce la probabilidad de que las infecciones les causen daños importantes. Para especies como nosotros, carentes de un sistema inmunitario tan robusto, la capacidad de tolerar microbios mortales convierte cada colonia de murciélagos en una fuente potencial de enfermedades, algo así como la caja de Pandora.

La investigación sobre los Murciélagos Infectados para la Prevención de Pandemias

El concepto de que los murciélagos infectados puedan desencadenar futuras pandemias es sencillo, pero falta una teoría completa que impida desarrollar modelos precisos capaces de responder a las preguntas pertinentes para protegerse de los brotes originados por distintas especies.

Un equipo de investigadores de Estados Unidos y Canadá revisó a fondo la bibliografía existente para establecer un marco que permitiera simular la proliferación y la transmisión de virus dentro de las poblaciones de murciélagos, entre murciélagos y entre murciélagos y otros animales.

En el transcurso de la historia ha habido numerosos casos de enfermedades zoonóticas, es decir, microbios que desarrollan los medios para infectar cuerpos humanos sin entender el concepto de modales humanos. La enfermedad de la rabia, la gripe aviar, la toxoplasmosis y el ébola son agentes infecciosos que amenazan con propagarse de los animales domésticos, el ganado o la fauna salvaje a la población humana.

Examinando la validez de su reputación a la luz de la pandemia de COVID-19

Injustamente se ha estigmatizado a los murciélagos, a pesar de su resistencia, como reservorios de patógenos especialmente nocivos. Hasta cierto punto, esta reputación está justificada. La pandemia de COVID-19 es un trágico recordatorio de las consecuencias de que un virus compartido entre murciélagos llegue a la población humana, y no se trata de un incidente aislado.

Las interacciones de los murciélagos con los virus, más allá de las generalizaciones, ofrecen información valiosa que puede orientar nuestras observaciones en otras especies.

Una forma habitual de predecir el riesgo de propagación vírica entre especies se basa en el grado de parentesco genético entre esos organismos.

Los microorganismos que están adaptados para prosperar en un cuerpo humano pueden pasar fácilmente a otro individuo, aunque no necesariamente causen daños significativos en el nuevo huésped.

Inversamente, un virus originario de un animal emparentado lejanamente podría encontrar obstáculos a la hora de establecerse en un cuerpo humano, pero si lo consigue, las consecuencias pueden ser bastante perturbadoras.

Sin embargo, la teoría de los investigadores da prioridad a la tolerancia de un reservorio potencial a la infección.

La forma en que los distintos hospedadores reaccionan ante los patógenos influye en los resultados de la enfermedad

Todos los huéspedes no reaccionan de la misma manera ante los patógenos. Los distintos sistemas inmunitarios tienen formas únicas de repeler o adaptarse a patógenos específicos, defendiéndose de la enfermedad erradicando al intruso o tolerando su presencia.

Por lo general, la resistencia a la infección frustra cualquier transmisión potencial entre especies, reduciendo el crecimiento de los patógenos antes de que puedan establecer una presencia sustancial.

Pero la tolerancia permite a los patógenos proliferar rápidamente sin perjudicar la salud de su huésped. Los animales capaces de protegerse del armamento químico de un microbio tienden a vivir más tiempo, dando al microbio la oportunidad de crecer sin control.

No obstante, si esta tolerancia no es absoluta, puede suponer un desastre para la población huésped, ya que el crecimiento incontrolado del patógeno erradica rápidamente a todos los individuos susceptibles.

” Presentamos un marco teórico para dilucidar este fenómeno y formulamos una serie de preguntas e hipótesis comprobables para futuras investigaciones inmunológicas, que se llevarán a cabo tanto in vitro como in vivo”, concluyen los investigadores en su informe recientemente publicado.

Evidentemente, no es factible realizar una evaluación inmunológica exhaustiva de todos los posibles reservorios del reino animal. No obstante, según este nuevo marco, una aproximación razonable podría ser la longevidad de un animal. Después de todo, se espera que los animales que pueden soportar enfermedades como las de los murciélagos también tengan una esperanza de vida relativamente larga.

Aunque no tengamos la constitución robusta de los mamíferos alados, eso no significa que no podamos aprender de ellos lecciones valiosas que nos ayuden a evitar futuras pandemias.


Read the original article on: Science Alert

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