Una Molécula Rápida Y Constante Puede Erradicar Las Superbacterias Farmacorresistentes

Una Molécula Rápida Y Constante Puede Erradicar Las Superbacterias Farmacorresistentes

Crédito: Pixaobay

Después de años de dedicada investigación, por fin se ha descubierto una potente molécula sintética que neutraliza rápidamente 285 cepas bacterianas durante las pruebas, lo que la convierte en un elemento crucial en nuestra batalla contra una inminente crisis de infecciones por superbacterias.

Aunque no sea el primer avance moderno en materia de antibióticos sintéticos, una parte importante de la investigación se concentra ahora intensamente en descubrir métodos innovadores para hacer frente al creciente desafío de las bacterias mortales, cada vez más resistentes a nuestros medicamentos convencionales.

La membrana externa bacteriana como diana contra las infecciones

La nueva molécula actúa interfiriendo en la capacidad de la bacteria para crear una capa lipídica externa, eliminando eficazmente el patógeno e impidiendo su replicación. Este mecanismo induce una reacción de estrés, que también puede ser desencadenada por la resistencia al antibiótico, lo que amplifica el reto de tratar las infecciones. Según el Profesor Pei Zhou, investigador principal de la Facultad de Medicina de Duke, la interrupción de la síntesis de la membrana externa bacteriana es letal para la bacteria, lo que hace que el compuesto sea excepcionalmente potente.

Este compuesto, conocido como LPC-233, interrumpió la formación de lípidos en todas las bacterias gramnegativas sometidas a prueba. Eliminó rápida y eficazmente las 285 cepas de bacterias a las que se enfrentó, incluidas las que presentaban altos niveles de resistencia a los antibióticos. Según Zhou, el LPC-233 demostró una asombrosa capacidad para reducir la viabilidad bacteriana en un factor de 100.000 en tan sólo cuatro horas.

Resultados satisfactorios del LPC-233 con distintos métodos de administración y niveles de resistencia

Aunque todos los experimentos se han realizado hasta ahora en modelos de ratón, el LPC-233 mostró resultados satisfactorios cuando se administró por diversos métodos: oral, intravenoso y mediante inyección abdominal. Además, el LPC-233 fue capaz de combatir lo que normalmente se consideraría una dosis letal de bacterias multirresistentes, que suelen ser el tipo de “superbacteria” más difícil de combatir con las intervenciones médicas actuales.

Si bien Zhou dedicó años a este logro pionero, es esencial reconocer la importante contribución de su difunto colega, Christian Raetz, antiguo director del departamento de bioquímica de Duke. Esto subraya el hecho de que los descubrimientos científicos raramente se producen de la noche a la mañana. Curiosamente, el nombre “LPC-233” para el compuesto surgió después de que el equipo de investigación se encontrara con un total de 232 fracasos antes de llegar finalmente a la formulación exitosa que perseguían.

La persecución del Dr. Raetz y la evolución de la vía diana del LPC-233

Zhou compartió que el Dr. Raetz dedicó toda su carrera a comprender la vía a la que se dirige el LPC-233, un concepto que propuso en los años ochenta. Le llevó más de dos décadas identificar todos los componentes clave implicados.

El LPC-233 se centra específicamente en la enzima LpxC, situada en la “vía Raetz”. Los anteriores intentos de atacar la LpxC en desarrollo dieron lugar a toxicidad cardiovascular durante los ensayos en humanos. Sin embargo, Zhou, trabajando inicialmente junto a Raetz y colaborando más tarde con el profesor de química de Duke Eric Toone, realizó refinamientos cruciales en el compuesto, asegurándose de que inhibe con precisión la formación de lípidos de la manera ideal, interrumpiendo esencialmente el sistema.

Mecanismo de unión único y potencia duradera del LPC-233

Además, una vez que el compuesto se une al LpxC, sufre un cambio de forma, formando un complejo aún más estable. Y lo que es más importante, esta mayor estabilidad permite al LPC-233 durar más que la vida bacteriana, lo que contribuye a su potencia.

Según explicó Zhou, este efecto sostenido sobre la enzima es significativo, incluso después de que el organismo metabolice el fármaco no unido, debido a un proceso de disociación del inhibidor extremadamente lento.

La Organización Mundial de la Salud alertó en diciembre de 2022 sobre la rápida adaptación de las bacterias resistentes a los antibióticos a los fármacos existentes y subrayó la necesidad urgente de estrategias innovadoras para combatir estos patógenos tan resistentes.

Los científicos han patentado con éxito el LPC-233 junto con otros compuestos. También han adoptado un enfoque proactivo al crear una empresa emergente llamada ValenBio Therapeutics, centrada en avanzar en el desarrollo de este nuevo fármaco. En la actualidad, la empresa está preparándose para realizar ensayos clínicos de fase 1 para evaluar la seguridad y eficacia del LPC-233 en seres humanos.


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