Las Personas Mayores Más Activas Tienen Mayor Salud Y Calidad De Vida, Según Un Estudio
Estudio exhaustivo realizado por la Universidad de Cambridge, en el que participaron casi 1.500 adultos, ha revelado una fuerte correlación entre la reducción de la actividad física y una menor calidad de vida entre las personas mayores de sesenta años.
Los descubrimientos de la investigación también pusieron de relieve el impacto negativo del aumento del tiempo sedentario, como ver la televisión o leer, en el bienestar general. Estos resultados subrayan la necesidad de animar a los adultos mayores a mantener un estilo de vida activo.
Los beneficios de la actividad física
Se sabe que la práctica de actividad física, sobre todo de intensidad moderada que eleve la frecuencia cardiaca, reduce el riesgo de diversas enfermedades, como las cardiopatías, los accidentes cerebrovasculares, la diabetes y el cáncer.
El National Health Service (NHS) recomienda que los adultos realicen al menos 150 minutos de actividad moderada o 75 de actividad intensa a la semana. Además, se aconseja a los adultos mayores que incorporen a sus rutinas actividades ligeras o permanecer de pie, interrumpiendo así los periodos prolongados en los que permanecen sentados, ya que esto tiene notables beneficios para la salud de este grupo de edad.
El estudio, dirigido por un equipo de investigadores de la Universidad de Cambridge, empleó acelerómetros para controlar los niveles de actividad de 1.433 participantes mayores de 60 años. Estos individuos formaban parte del estudio EPIC-Norfolk, una investigación más amplia sobre el impacto prospectivo del cáncer en Europa.
Examinando la calidad de vida relacionada con la salud
Al mismo tiempo, los investigadores evaluaron la calidad de vida relacionada con la salud, que engloba factores como el dolor, la capacidad de autocuidado y el estado de ánimo/ansiedad. Los pacientes rellenaron un cuestionario y sus respuestas dieron como resultado una puntuación de calidad de vida que oscilaba entre 0 (que indicaba la peor calidad de vida) y 1 (que reflejaba la mejor). Se ha asociado una menor calidad de vida con un mayor riesgo de hospitalización, peores resultados tras la hospitalización y muerte prematura.
Transcurridos seis años desde la evaluación inicial, hombres y mujeres mostraron una reducción media de unos 24 minutos diarios en la actividad física moderada a vigorosa. Además, la duración total del comportamiento sedentario aumentó aproximadamente 33 minutos al día en el caso de los hombres y 38 minutos al día en el de las mujeres.
Estudio sobre los individuos que realizaban más actividad física de moderada a vigorosa
Según el estudio, las personas que realizaban más actividad física de moderada a intensa y pasaban menos tiempo sedentarias durante la evaluación inicial disfrutaban de una mayor calidad de vida en los años siguientes. Concretamente, una hora adicional de actividad física diaria se correlacionaba con un aumento de 0,02 en la puntuación de la calidad de vida.
Para cada minuto menos de actividad física moderada a vigorosa medido en la evaluación de seguimiento, las puntuaciones de calidad de vida disminuyeron en 0,03 puntos. Esto implica que alguien que redujera su actividad diaria en 15 minutos experimentaría una disminución de 0,45 en su puntuación de calidad de vida.
Un comportamiento más sedentario también se correspondió con un descenso de la calidad de vida, ya que cada minuto adicional de sedentarismo diario seis años después se tradujo en un descenso de 0,012 en la puntuación de la calidad de vida. Por tanto, una persona que pasara 15 minutos más sentada al día vería disminuir su puntuación en 0,18.
Contexto clínico según el doctor Dharani Yerrakalva
En un contexto clínico, una mejora de 0,1 puntos en la puntuación de la calidad de vida se ha relacionado anteriormente con una reducción del 6,9% en la muerte prematura y del 4,2% en el riesgo de hospitalización.
El doctor Dharani Yerrakalva, del Departamento de Salud Pública y Atención Primaria de la Universidad de Cambridge, subrayó la importancia de mantenerse físicamente activo y reducir al mínimo el sedentarismo en todas las etapas de la vida, sobre todo en edades avanzadas. Estos ajustes en el estilo de vida tienen el potencial de mejorar significativamente el bienestar físico y mental, lo que conlleva mejoras sustanciales en la calidad de vida en general.
Según los investigadores, existe una relación causal entre la actividad física, el sedentarismo y la calidad de vida, ya que estos factores se midieron en distintos momentos a lo largo del estudio.
El Dr. Yerrakalva explicó además que la mejora de los comportamientos físicos puede influir positivamente en el mantenimiento de una mayor calidad de vida. Por ejemplo, una mayor actividad física puede mitigar el dolor asociado a afecciones comunes como la artrosis. Además, ser más activo físicamente aumenta la fuerza muscular, lo que permite a los adultos mayores cuidar de sí mismos de forma independiente. Además, como la depresión y la ansiedad influyen mucho en la calidad de vida, realizar más actividad física y reducir el tiempo de sedentarismo puede mejorar el bienestar mental.
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