Un parásito se esconde robando proteínas de células humanas

Un parásito se esconde robando proteínas de células humanas

Credit: Depositphotos

Los parásitos son famosos por sus ingeniosas formas de infectar las células humanas, a menudo desarrollando tácticas complejas para pasar desapercibidos a las defensas inmunitarias. Un organismo especialmente astuto, Entamoeba histolytica, ha desarrollado un método extraordinario para permanecer oculto: arranca fragmentos de células humanas y utiliza sus proteínas para camuflarse.

Ciclo vital de un parásito mortal

E. histolytica es un parásito unicelular responsable de la amebiasis, una grave enfermedad que se propaga a través del agua y los alimentos contaminados. Su resistente forma de quiste puede sobrevivir al entorno ácido del estómago y liberar trofozoítos amebianos activos en el intestino delgado. A continuación, estos trofozoitos se desplazan al intestino grueso, donde se reproducen y forman nuevos quistes, continuando el ciclo infeccioso al ser expulsados con las heces.

Este patógeno infecta cada año a unos 50 millones de personas en todo el mundo y está relacionado con aproximadamente 70.000 muertes. En muchos casos, sólo causa síntomas leves como diarrea, pero en casos graves puede destruir el tejido hepático y propagarse al cerebro o los pulmones. A pesar de su impacto generalizado, E. histolytica sigue siendo un parásito poco estudiado, ya que muchos aspectos de su biología aún no se conocen por completo.

«Todos los parásitos están poco estudiados, pero la E. histolytica es especialmente misteriosa», señala Katherine Ralston, profesora asociada de microbiología y genética molecular. «Tiene la capacidad de matar prácticamente cualquier célula humana».

Una nueva comprensión de la evasión inmunitaria

Aunque hasta ahora se sabía que esta ameba podía eliminar células inmunitarias para evitar ser detectada, el mecanismo exacto había permanecido esquivo. Las teorías anteriores sugerían que el parásito liberaba toxinas para matar a sus objetivos.

Pero la investigación de Ralston descubrió algo mucho más inusual. En lugar de matar las células por completo, el parásito mordisquea pequeñas porciones, dejando la célula huésped dañada pero no totalmente destruida. No consume estos trozos para alimentarse, sino que secuestra proteínas superficiales como CD46 y CD55, incorporándolas a su propia capa externa. Estas proteínas normalmente ayudan a las células humanas a evitar los ataques inmunitarios, por lo que cuando el parásito las usa, se vuelve efectivamente invisible para el sistema inmunitario.

Los científicos denominan trogocitosis a este método de robar y utilizar las proteínas del huésped para camuflarse.

Trogocytosis of Host Cell

Nuevas esperanzas para el tratamiento

Los investigadores informaron inicialmente del avance en un preprint a finales de 2024. Ahora, están explorando activamente la biblioteca de ARNi ya secuenciada del parásito para identificar los genes responsables de su comportamiento de robo de proteínas. Si se combina con las herramientas de edición genética CRISPR, podría abrir la puerta a tratamientos dirigidos específicamente a estas interacciones moleculares y neutralizar al parásito.

Por fin vemos un camino prometedor», afirma Wesley Huang, estudiante de posgrado. «Y parece una posibilidad real.


Read the original article on: New Atlas

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