Un popular somnífero podría bloquear el ciclo de limpieza esencial del cerebro

Durante el sueño, el cerebro realiza una rutina de «lavado y aclarado» para eliminar las proteínas nocivas asociadas a enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer. Sin embargo, una nueva investigación ha revelado que un somnífero muy utilizado podría interferir en este proceso crítico.
En 2012, el neurocientífico Maiken Nedergaard, del Centro Médico de la Universidad de Rochester (URMC), identificó un sistema único en el cerebro responsable de la eliminación de residuos. Conocido como «sistema glinfático», funciona como una red de canales que rodean los vasos sanguíneos del cerebro, a través de los cuales circula el líquido cefalorraquídeo (LCR), que recoge y elimina los residuos.
Desde su descubrimiento hace más de una década, los investigadores han relacionado el sistema glinfático con el desarrollo de la enfermedad de Parkinson y han demostrado que desempeña un papel clave en la eliminación de proteínas tóxicas durante el sueño, lo que podría prevenir el Alzheimer. Un estudio de 2021 demostró incluso que los ultrasonidos podían activar el sistema en pacientes de Alzheimer, ayudando a eliminar las proteínas amiloide y tau asociadas a la enfermedad.
Ahora, Nedergaard ha llevado a cabo otro estudio en el URMC para explorar cómo funciona el sistema glinfático y cómo el zolpidem, el ingrediente activo del popular somnífero Ambien, afecta a su funcionamiento.
Entender el funcionamiento del sistema glinfático
«Cuando el cerebro pasa de la vigilia al sueño, el procesamiento de la información externa se ralentiza, mientras que se activan procesos como la eliminación de residuos del sistema glinfático», explica Nedergaard. «El objetivo de esta investigación era comprender mejor los impulsores del flujo glinfático durante el sueño, con amplias implicaciones para entender qué hace que el sueño sea reparador».
Operando en ondas
Estudiando ratones, el equipo de Nedergaard utilizó técnicas de imagen óptica combinadas con monitores de EEG y EMG para observar a los animales durante sus fases naturales de vigilia y sueño.
Los investigadores descubrieron que durante el sueño no REM, cuando el cerebro está relativamente tranquilo, el neurotransmisor norepinefrina se libera en ondas lentas. Estas ondas desencadenaban «microdespertares», que provocaban contracciones rítmicas de los vasos sanguíneos independientes del bombeo del corazón. Estas contracciones impulsaban el movimiento del LCR a través del sistema glinfático, permitiendo su función de eliminación de residuos.
Estos hallazgos, junto con lo que sabemos sobre el sistema glinfático, proporcionan una imagen completa de la dinámica interna del cerebro. Las ondas lentas, los microarousals y la norepinefrina eran las piezas que faltaban, afirma Natalie Hauglund, primera autora del estudio y actualmente investigadora postdoctoral en la Universidad de Oxford.
El impacto de Ambien
El equipo también investigó cómo afecta el zolpidem, el principio activo del Ambien, al sistema de limpieza del cerebro. Tras administrar el fármaco a ratones, observaron que bloqueaba las ondas lentas de norepinefrina, alterando el sistema glinfático e impidiendo la eliminación de residuos. Esto podría provocar la acumulación de proteínas tóxicas, como la tau y la amiloide, características de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.
El estudio establece un vínculo mecanicista entre la dinámica de la norepinefrina, la actividad vascular y la eliminación glinfática, lo que hace avanzar nuestra comprensión de las funciones reparadoras del sueño, afirma Nedergaard. También pone de relieve los posibles efectos negativos de ciertos somníferos sobre la salud cerebral y subraya la importancia de preservar la arquitectura natural del sueño para una función cerebral óptima.
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