Un experto revela cómo beber un vaso diario de leche puede reducir el riesgo de cáncer

Un vaso diario de leche podría ayudar a prevenir el cáncer de intestino, según un estudio de la Universidad de Oxford y Cancer Research UK. Los resultados indican que incluso un pequeño aumento del consumo de leche podría reducir significativamente el riesgo de desarrollar la enfermedad.
El cáncer de intestino afecta a 45.000 personas al año en el Reino Unido, lo que lo convierte en el cuarto cáncer más frecuente. Sin embargo, muchos casos pueden prevenirse.
Los datos de Cancer Research UK muestran que el 54% de los casos podrían evitarse con elecciones de estilo de vida más saludables, como dejar de fumar, hacer más ejercicio, reducir el consumo de alcohol y suprimir las carnes procesadas.
Cambios en la dieta y el estilo de vida
Como oncóloga, aconsejo a los pacientes sobre el impacto de la dieta y el estilo de vida en el riesgo de cáncer. Este estudio, uno de los más amplios sobre dieta y enfermedad, sugiere que cambios sencillos -como beber un vaso más de leche- pueden reducir el riesgo de cáncer. La investigación también descubrió que beber 20 gramos de alcohol al día aumentaba el riesgo en un 15%, mientras que comer más de 30 gramos de carne roja/procesada aumentaba el riesgo en un 8%.
Los investigadores analizaron los datos genéticos de más de 542.000 mujeres y los combinaron con información dietética, incluida la ingesta de leche, para evaluar el impacto del consumo de leche en el riesgo de cáncer de intestino.
El análisis mostró que las participantes que bebían 244 gramos más de leche al día -aproximadamente un vaso grande con 300 miligramos de calcio- tenían un riesgo un 17% menor de desarrollar cáncer de intestino. Esta reducción se aplicó a todos los tipos de leche, incluida la entera, la semidesnatada y la desnatada.
Los investigadores determinaron que el efecto protector de la leche era independiente de otros factores dietéticos y hábitos de vida. Esto sugiere que los beneficios de la leche en la reducción del riesgo de cáncer de intestino no se deben a que sustituya a alimentos poco saludables o forme parte de un estilo de vida más sano en general.
Las razones exactas por las que el consumo de leche puede reducir el riesgo de cáncer de intestino no se conocen del todo, pero los investigadores sugieren varias explicaciones posibles.
En primer lugar, la leche es una buena fuente de calcio, que se ha relacionado con un menor riesgo de cáncer de intestino. El calcio puede ayudar a proteger contra el cáncer al unirse a sustancias nocivas en el intestino y promover la muerte de células anormales.
Vitamina D y lactosa en la leche
En segundo lugar, muchos productos lácteos están enriquecidos con vitamina D, conocida por sus propiedades anticancerígenas y que puede ayudar a regular el crecimiento y la división celular. Además, la lactosa de la leche puede favorecer el crecimiento de bacterias intestinales beneficiosas que producen butirato, un ácido graso de cadena corta con efectos antiinflamatorios y anticancerígenos.
Por último, la leche contiene ácido linoleico conjugado, un ácido graso presente en la carne y los lácteos que, según un estudio de laboratorio de 2021, también puede tener propiedades anticancerígenas.
Es importante destacar que el consumo de leche puede no ser apropiado o beneficioso para todo el mundo. Las personas con intolerancia a la lactosa, alergias a la leche u otras restricciones dietéticas deben consultar a profesionales sanitarios antes de realizar cambios significativos en su consumo de lácteos.
Esta investigación pionera ofrece pruebas sólidas del papel potencial del consumo de leche en la reducción del riesgo de cáncer de intestino. El hallazgo de que un modesto aumento de la ingesta diaria de leche podría reducir significativamente el riesgo es especialmente prometedor. Sugiere que los cambios dietéticos pequeños y alcanzables pueden tener beneficios significativos para la salud pública.
A medida que seguimos explorando los complejos vínculos entre la dieta y la enfermedad, estudios como éste ofrecen valiosas perspectivas que pueden orientar tanto las decisiones de salud personal como las iniciativas de salud pública más amplias.
La posibilidad de que un simple cambio en la dieta afecte significativamente al riesgo de cáncer subraya la importancia de seguir investigando en este campo y destaca el papel fundamental de la nutrición en la formación de nuestra salud.
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