Secretos mayas revelados: El «astronauta» y los indicios de un contacto extraterrestre hace 1.300 años

Secretos mayas revelados: El «astronauta» y los indicios de un contacto extraterrestre hace 1.300 años

Hace más de 1.300 años, en el corazón de la antigua ciudad maya de Palenque, se fabricó un extraordinario artefacto que aún desconcierta a arqueólogos y estudiosos: la tapa del sarcófago de Pakal el Grande. Esta obra maestra de intrincada talla ha alimentado innumerables teorías y debates, sobre todo por su representación de lo que algunos llaman el «astronauta maya».

La pieza central de la escultura presenta una figura reclinada rodeada de intrincados símbolos y elementos que se asemejan a maquinaria. Para algunos, las imágenes evocan la visión de una persona sentada a los mandos de una nave espacial o manejando un sofisticado dispositivo, lo que ha suscitado especulaciones sobre la posibilidad de que los mayas interactuaran con civilizaciones extraterrestres. La postura de la figura y los peculiares objetos, casi tecnológicos, que la rodean han llevado a algunos a teorizar que esta avanzada sociedad podría haber sido influenciada por seres de más allá de nuestro mundo.

Interpretación alternativa

Arqueólogos y estudiosos de la corriente dominante ofrecen una interpretación alternativa. Sostienen que los símbolos de la tapa del sarcófago son profundamente espirituales y reflejan la concepción maya del cosmos, el más allá y el viaje del alma más allá de la muerte. Desde esta perspectiva, la figura representada en la tapa representa al gobernante divino Pakal navegando por los reinos del más allá, un tema central en la cosmología maya. Las intrincadas tallas se consideran más un símbolo de transformación espiritual que de tecnología.

El misterio se profundiza cuando examinamos los avanzados conocimientos astronómicos y arquitectónicos de los mayas. Reconocidos por su dominio de la observación celeste, los mayas desarrollaron sistemas calendáricos que rivalizaban con los de cualquier civilización antigua. Sus templos y ciudades estaban alineados con precisión con las estrellas y los movimientos celestes, reflejando una profunda conexión con el cosmos. ¿Podría este amplio conocimiento del universo haberles permitido alcanzar tecnologías o conocimientos que ahora estamos empezando a comprender?

Debate: ¿Evidencia de contacto extraterrestre o simbolismo espiritual?

Mientras que algunos tachan la teoría del «astronauta maya» de mera especulación, otros siguen cautivados por la idea de que las antiguas civilizaciones pudieran poseer conocimientos que van mucho más allá de lo que comprendemos actualmente. ¿Podrían servir estos artefactos como prueba genuina de contacto extraterrestre, o son simplemente representaciones simbólicas de creencias religiosas y viajes espirituales?

El debate en torno a la tapa del sarcófago y su representación de imágenes «similares a las de un astronauta» sigue cautivando a académicos y estudiosos. Lo que sigue siendo verdaderamente extraordinario es la propia civilización maya, con su intrincada mitología, sus precisos conocimientos astronómicos y sus maravillas arquitectónicas, que siguen eludiendo una comprensión completa. La historia de Pakal el Grande y la tapa de su sarcófago nos recuerda que los grandes enigmas de la historia no suelen ser fáciles de desentrañar, y que las preguntas que plantean pueden ser incluso más profundas que las respuestas que buscamos.

Mientras los arqueólogos siguen investigando las ruinas de las antiguas ciudades mayas, la intriga en torno al «astronauta maya» perdura, desafiándonos a replantearnos nuestra comprensión del mundo antiguo y las posibilidades de redescubrir conocimientos perdidos.


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