Un visitante interestelar podría haber dado forma a las órbitas de nuestro Sistema Solar

Las órbitas de los planetas alrededor del Sol han sido objeto de un intenso debate científico. Los científicos conocen bien las propiedades planetarias, pero sus trayectorias han cambiado significativamente desde la formación del Sistema Solar.
Migración planetaria
Una teoría ampliamente aceptada sugiere que las interacciones gravitatorias hicieron que los planetas jóvenes migraran acercándose o alejándose de sus posiciones originales.
Ahora, una nueva teoría propone que un objeto con una masa entre 2 y 50 veces la de Júpiter pudo haber atravesado el Sistema Solar y desencadenado estos cambios.
La evolución de las órbitas planetarias es un proceso complejo. Inicialmente, los planetas se formaron a partir de un disco giratorio de gas y polvo que rodeaba al joven Sol. La conservación del momento angular hizo que este material se organizara en un plano, dando lugar a órbitas circulares y alineadas.
Migraciones orbitales e influencias gravitatorias
A medida que los planetas crecían, las interacciones con el disco protoplanetario provocaban migraciones orbitales que acercaban o alejaban los planetas del Sol. Las interacciones gravitatorias también alteraron la excentricidad y la inclinación de las órbitas, expulsando en ocasiones protoplanetas del Sistema Solar. Las fuerzas de marea del Sol pueden haber influido aún más en estos cambios.
Las eyecciones de protoplanetas fueron comunes durante la formación del Sistema Solar, pero los objetos interestelares rara vez lo visitaron. Estos visitantes ofrecen una oportunidad única para comprender sistemas planetarios distantes.
Un ejemplo notable es ‘Oumuamua, descubierto en 2017 como el primer objeto interestelar confirmado. Su forma alargada y su inusual aceleración -probablemente causada por la desgasificación u otras fuerzas no gravitatorias- ofrecen nuevas perspectivas.

Un estudio reciente dirigido por Garett Brown, de la Universidad de Toronto, sugiere que un visitante interestelar masivo podría haber influido significativamente en las órbitas de los gigantes gaseosos. Los autores sostienen que las teorías actuales no explican plenamente las excentricidades observadas en estos planetas.
El papel de un intruso masivo
El estudio muestra que un objeto con una masa entre 2 y 50 veces la de Júpiter, que atravesara el Sistema Solar a una distancia mínima de 20 unidades astronómicas del Sol y una velocidad hiperbólica inferior a 6 km/s, podría explicar estas características.
Los cálculos del equipo indican una probabilidad de 1 entre 100 de que un visitante interestelar causara las órbitas que vemos hoy, una probabilidad muy superior a la que ofrecen otras teorías. Basándose en simulaciones y parámetros aproximados para este objeto, los investigadores concluyeron que esta hipótesis es la más plausible hasta la fecha.
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