Júpiter no tiene superficie. Cómo es posible

El planeta Júpiter no tiene suelo sólido, ni superficie, como la hierba o la tierra que pisamos aquí en la Tierra. No hay ningún lugar donde aterrizar o caminar.
Pero, ¿cómo es posible? Si Júpiter no tiene superficie, ¿qué tiene? ¿Cómo se mantiene unido?
Incluso para un profesor de física que estudia fenómenos insólitos, imaginar un mundo sin superficie sólida es todo un reto. Gran parte de Júpiter sigue siendo un misterio, incluso cuando la sonda robótica Juno de la NASA entra en su noveno año orbitando el planeta.
Datos básicos sobre Júpiter
Júpiter, el quinto planeta desde el Sol, se encuentra entre Marte y Saturno. Es el planeta más grande del Sistema Solar, con espacio suficiente para albergar más de 1.000 Tierras.
Mientras que los cuatro planetas interiores -Mercurio, Venus, la Tierra y Marte- son sólidos y rocosos, Júpiter es un gigante gaseoso con una composición similar a la del Sol. Es una bola de gas turbulenta y tormentosa, con vientos que en algunas regiones superan los 640 km/h, unas tres veces más rápidos que un huracán de categoría 5 en la Tierra.

En busca de tierra firme
En la Tierra, partiendo de la parte superior de la atmósfera y descendiendo unos 100 km (60 millas), la presión atmosférica aumenta gradualmente hasta llegar a tierra firme, ya sea terrestre o acuática.
En Júpiter, a partir de la capa superior de su atmósfera de hidrógeno y helio, la presión también aumenta a medida que se profundiza. Pero en Júpiter, esta presión se vuelve extrema.
Tras descender 1.600 km (1.000 millas), el gas caliente y denso comienza a comportarse de forma extraña y acaba convirtiéndose en hidrógeno líquido, formando lo que puede considerarse el mayor «océano» del sistema solar, aunque no contiene agua. Si se desciende otros 32.000 km, el hidrógeno pasa a un estado parecido al líquido metálico, en el que los electrones se mueven libremente. Estos cambios se producen gradualmente, sin una frontera clara ni una superficie sólida.

El núcleo amenazador
Continuando a mayor profundidad, llegaríamos finalmente al núcleo de Júpiter, que, a pesar de ser central, no debe confundirse con una superficie.
La naturaleza exacta del núcleo es objeto de debate, pero el modelo más aceptado sugiere que se trata de una mezcla caliente y densa, posiblemente metálica. La presión en el núcleo de Júpiter equivale a 100 millones de atmósferas terrestres, y temperaturas de 20.000 grados Celsius (35.000 grados Fahrenheit) destruirían cualquier nave espacial que intentara alcanzarlo.

La protección de Júpiter para la Tierra
Aunque hostil a la vida, Júpiter podría haber sido crucial para la existencia de vida en la Tierra. Su fuerte atracción gravitatoria altera la trayectoria de asteroides y cometas, impidiendo que muchos colisionen con los planetas interiores. Sin esta protección, la Tierra podría haberse enfrentado a eventos de extinción, como el que puso fin a la era de los dinosaurios.
Esperanza de vida en Europa
Aunque Júpiter es inhóspito para la vida, su luna Europa podría ser nuestra mejor oportunidad de encontrar vida en el sistema solar. La sonda Europa Clipper de la NASA, cuyo lanzamiento está previsto para octubre de 2024, realizará unos 50 sobrevuelos de la luna para explorar su vasto océano subterráneo, con la esperanza de encontrar señales de vida. Sin embargo, debido a la distancia a Júpiter, se espera que la sonda llegue a Europa en abril de 2030.
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