Confirmada la relación entre la inflamación intestinal y la enfermedad de Alzheimer

Confirmada la relación entre la inflamación intestinal y la enfermedad de Alzheimer

Credit: Pixabay

Los investigadores están reconstruyendo la compleja relación entre la salud intestinal y la enfermedad de Alzheimer, revelando otra conexión entre nuestro sistema digestivo y la función cerebral. Estudios con animales han demostrado que los microbios intestinales pueden transmitir el Alzheimer a ratones jóvenes, lo que refuerza este vínculo.

Además, un estudio de 2023 apoya la idea de que la inflamación puede ser el mecanismo que subyace a esta conexión. «Encontramos que los individuos con la enfermedad experimentan más inflamación intestinal», dijo la psicóloga de la Universidad de Wisconsin Barbara Bendlin. Señaló que una mayor inflamación intestinal se correlaciona con una mayor acumulación de placa amiloide en el cerebro de los pacientes con Alzheimer.

Dirigido por la patóloga de la Universidad de Wisconsin Margo Heston, un equipo internacional analizó la calprotectina fecal, un marcador de inflamación, en muestras de heces de 125 participantes en dos estudios de prevención del Alzheimer.

Los participantes completaron pruebas cognitivas y proporcionaron antecedentes familiares, junto con pruebas para detectar un gen de alto riesgo de Alzheimer. El estudio reveló que, si bien los pacientes de más edad presentaban en general niveles más elevados de calprotectina, los que tenían placas amiloides mostraban una inflamación aún más pronunciada, lo que pone de relieve su posible papel en la patología del Alzheimer.

Illustration of amyloid plaques (yellow) amongst neurons

Relación entre inflamación y Alzheimer

Los investigadores descubrieron que los niveles más altos de inflamación se correlacionaban con un aumento de los biomarcadores del Alzheimer, mientras que las puntuaciones de las pruebas de memoria disminuían junto con el aumento de los niveles de calprotectina. Cabe destacar que incluso los participantes sin diagnóstico de Alzheimer mostraron un peor rendimiento de la memoria con niveles elevados de calprotectina.

Sin embargo, Heston advirtió: «No podemos inferir causalidad a partir de este estudio; para ello, necesitamos realizar estudios con animales». Análisis previos de laboratorio han indicado que las bacterias intestinales pueden desencadenar señales inflamatorias en el cerebro, y otros estudios han confirmado una mayor inflamación intestinal en pacientes con Alzheimer en comparación con los controles.

Heston y su equipo proponen que los cambios en el microbioma conducen a alteraciones intestinales, lo que provoca una inflamación sistémica leve pero crónica. Esta inflamación continua puede debilitar gradualmente las barreras del organismo. «Elaumento de la permeabilidad intestinal podría elevar los niveles sanguíneos de moléculas inflamatorias y toxinas procedentes del intestino, lo que conduciría a una inflamación sistémica que podría deteriorar la barrera hematoencefálica y promover la neuroinflamación, lo que podría provocar lesiones neuronales y neurodegeneración», explicó el bacteriólogo Federico Rey, de la Universidad de Wisconsin.

En la actualidad, los investigadores están realizando pruebas con ratones para determinar si la inflamación inducida por la dieta puede desencadenar el equivalente roedor del Alzheimer. A pesar de que durante décadas la investigación no ha aportado ningún tratamiento eficaz para los millones de personas afectadas por esta enfermedad, los científicos están avanzando gradualmente en la comprensión de los procesos biológicos implicados.


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