Un estudio propone inyectar diamante para enfriar el planeta

Las películas de atracos rara vez tratan de solucionar el cambio climático, y con razón. Es difícil imaginar a George Clooney corriendo por la autopista con un camión cargado de diamantes robados y diciendo: «Eh, vamos a triturar estas gemas brillantes hasta convertirlas en polvo y esparcirlas por la estratosfera para enfriar el planeta…».

Calcular los diamantes para el enfriamiento global

Sin embargo, un equipo de investigadores dirigido por el climatólogo Sandro Vattioni, de la ETH Zurich (Suiza), ha realizado los cálculos sobre qué materiales serían los más adecuados para la inyección de aerosoles estratosféricos (IEA), un método de enfriamiento global. El resultado es que las nanopartículas de diamante, valoradas en billones de dólares, podrían servir.

Antes de que reúnas un equipo para robar diamantes, recuerda que nadie está sugiriendo la IAS como la mejor manera de evitar el desastre climático. Todavía hay opciones más seguras y baratas, como reducir la combustión de combustibles fósiles.

Sin embargo, es útil tener en el bolsillo estudios como éste. Podrían ayudarnos a evitar los peores escenarios o errores costosos. Incluso podrían ayudarnos a comprender mejor las atmósferas de exoplanetas lejanos.

Durante décadas, los científicos han considerado si la inyección de partículas reflectantes en la atmósfera podría proporcionar la sombra suficiente para contrarrestar los efectos de calentamiento de los gases de efecto invernadero.

Entre las opciones, el dióxido de azufre (SO2) ha llamado mucho la atención, en gran parte debido a su presencia en las emisiones volcánicas, lo que ha permitido a los investigadores estudiar experimentos naturales a lo largo de los años.

Los inconvenientes del dióxido de azufre

Aunque inyectar millones de toneladas de SO2 en la atmósfera podría reducir la temperatura global unos pocos grados, los efectos secundarios podrían ser significativos. El agotamiento de la capa de ozono, el calentamiento de la estratosfera y el regreso de la lluvia ácida son sólo algunas de las consecuencias a tener en cuenta.

Ahora, Vattioni y su equipo sugieren que las propiedades físicas de las partículas de azufre pueden hacerlas menos idóneas para reflejar la luz solar en primer lugar.

Al incorporar el comportamiento, la termodinámica y la química de siete aerosoles hipotéticos a modelos climáticos, los investigadores clasificaron cada material en función de su absorción de calor, reactividad y reflectividad.

El diamante como alternativa viable

Un factor importante que a menudo se pasa por alto es la tendencia de las partículas a aglomerarse o sedimentarse cuando están suspendidas en la atmósfera. Las partículas que se asientan demasiado rápido podrían no reflejar suficiente luz solar para enfriar suficientemente el planeta. Las que se aglutinan con demasiada facilidad podrían atrapar el calor, calentando la estratosfera y alterando las corrientes de aire o la capacidad de humedad.

Entre los materiales estudiados (dos tipos de dióxido de titanio, alúmina, calcita, diamante, carburo de silicio y dióxido de azufre), la inyección en la atmósfera de cinco millones de toneladas de partículas de diamante de 150 nanómetros de ancho resultó ser la más eficaz.

No sólo cada partícula de diamante permanecería en suspensión el tiempo suficiente para ser eficaz, sino que además no se aglutinarían ni formarían sustancias tóxicas como las que contribuyen a la lluvia ácida.

En cuanto a las partículas de azufre, sólo el rutilo, una forma de dióxido de titanio, obtuvo peores resultados en términos de eficacia refrigerante.

La única ventaja del SO2 es su coste. A unos 250 dólares por megatón, los aerosoles a base de azufre son mucho más baratos que el polvo de diamante, que costaría unos 600.000 dólares por megatón, lo que elevaría rápidamente el precio total a decenas o cientos de billones.

Dadas las dificultades de aplicar mediciones de laboratorio y modelos informáticos a las condiciones del mundo real, las predicciones del estudio distan mucho de ser seguras. De hecho, los resultados subrayan lo lejos que estamos de aplicar el SAI como solución al calentamiento global.

Lo que significa que George Clooney tendrá que hacer sitio en su furgoneta de atracos para un nuevo cómplice aficionado a los diamantes diminutos.

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