Estudio: Una dieta rica en grasas podría aumentar la ansiedad

Estudio: Una dieta rica en grasas podría aumentar la ansiedad

Crédito: Pixabay

Elige bien los alimentos reconfortantes. Aunque comer por estrés puede proporcionar un alivio temporal, un estudio reciente indica que algunos alimentos ricos en grasas pueden exacerbar la ansiedad con el tiempo.

El estudio encontró que una dieta alta en grasas, en particular una rica en grasas saturadas de origen animal, perturbó el microbioma intestinal de ratas de laboratorio y alteró su comportamiento. Estas ratas mostraban una mayor expresión de genes relacionados con la actividad de los neurotransmisores, lo que afectaba sobre todo a la serotonina, que se sabe que aumenta la ansiedad.

Más allá de los riesgos habituales como la obesidad o las enfermedades cardiacas, estos resultados sugieren que una ingesta significativa de grasas saturadas también puede tener repercusiones en la salud mental, según el autor principal Christopher Lowry, profesor de fisiología integrativa en la Universidad de Colorado Boulder.

“Aunque es bien sabido que se trata de alimentos poco saludables, a menudo pensamos en ellos sólo en términos de aumento de peso”, explica Lowry. “Comprender que también pueden afectar al cerebro y favorecer la ansiedad sube la apuesta”.

Prevalencia e impacto de los trastornos de ansiedad

Aunque la preocupación intensa ocasional es habitual, algunas personas padecen una ansiedad más grave y persistente que puede alterar la vida cotidiana. Los trastornos de ansiedad, que afectan aproximadamente a 300 millones de personas en todo el mundo, son los trastornos mentales más prevalentes según la Organización Mundial de la Salud.

La ansiedad es una emoción polifacética y variable en la que influyen numerosos factores, cuyas repercusiones en la alimentación no se comprenden del todo. Sin embargo, estudios anteriores han relacionado de forma similar las dietas ricas en grasas con un aumento de la ansiedad en ratas, y hay indicios de una conexión comparable en humanos.

(Para llevar/Wikimedia Commons)

Investigar el papel de las grasas saturadas en la ansiedad

En su reciente estudio, Lowry y su equipo se propusieron explorar más a fondo la conexión entre las grasas saturadas y la ansiedad. Dividieron ratas macho adolescentes en dos grupos, cada uno de los cuales recibió dietas diferentes durante un periodo de nueve semanas.

Un grupo recibió una dieta estándar para ratas de laboratorio con un 11% de grasa, mientras que el otro grupo recibió una dieta con un 45% de grasa, principalmente grasas saturadas procedentes de productos animales.

A lo largo del estudio de nueve semanas, los investigadores controlaron el microbioma de las ratas mediante muestras fecales y realizaron pruebas de comportamiento al final.

Las ratas sometidas a la dieta alta en grasas no sólo aumentaron de peso, sino que también mostraron una diversidad de bacterias intestinales significativamente menor que las del grupo de control.

Además, estas ratas tenían más bacterias del filo Firmicutes y menos de Bacteroidetes. En los seres humanos, esta proporción está relacionada con la obesidad y una dieta rica en cereales refinados, carnes procesadas y alimentos fritos.

El grupo de dieta rica en grasas también mostró una expresión elevada de tres genes: tph2, htr1a y slc6a4. Estos genes intervienen en la producción y señalización de la serotonina, un neurotransmisor crucial para diversas funciones.

Investigación del papel de las grasas saturadas en la ansiedad

Aunque la serotonina suele asociarse a la mejora del estado de ánimo, también interviene en los vómitos, la cicatrización de heridas y la digestión. Los investigadores señalan que la influencia de la serotonina en la depresión es compleja, y que ciertas neuronas productoras de serotonina pueden inducir comportamientos similares a la ansiedad en animales cuando se activan.

En este nuevo estudio, el aumento de la expresión de los tres genes fue especialmente notable en el núcleo del rafe dorsal cDRD, una región del tronco cerebral asociada al estrés y la ansiedad, donde se produce la mayor parte de la serotonina del cerebro.

Los investigadores señalan que estudios previos en humanos han relacionado una mayor expresión de tph2 en el cDRD con trastornos del estado de ánimo.

“Es extraordinario descubrir que una dieta rica en grasas pueda alterar la expresión génica en el cerebro”, afirma Lowry. “El grupo con alto contenido en grasas mostraba esencialmente la firma molecular de un estado de gran ansiedad en su cerebro”.

Los autores del estudio subrayan que no todas las grasas son iguales. Ciertas grasas, como las que se encuentran en el aceite de pescado y el aceite de oliva, aportan beneficios antiinflamatorios y cognitivos.

Sin embargo, las grasas saturadas de origen animal son diferentes. La investigación de Lowry sugiere que una dieta rica en estas grasas puede aumentar la ansiedad a corto y largo plazo, sobre todo en individuos jóvenes.


Read the original article on: Science Alert

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