El calor extremo durante el embarazo puede provocar problemas de salud de por vida para el niño

El cambio climático presenta uno de los desafíos de salud pública más urgentes para la humanidad. El calentamiento global, un aspecto central de esta crisis, está relacionado con el deterioro de la salud, especialmente afectando a poblaciones vulnerables como mujeres embarazadas y niños.
Los científicos han demostrado anteriormente que la exposición al calor aumenta el riesgo de parto prematuro y muerte fetal. Nuevas investigaciones continúan revelando asociaciones preocupantes con resultados adversos tanto para las madres como para sus bebés, incluyendo anomalías congénitas, hipertensión durante el embarazo y bajo peso al nacer.
Un área que ha recibido menos atención es el impacto a largo plazo de la exposición al calor durante el embarazo en los bebés. Para investigar esto, realizamos una revisión exhaustiva de la investigación existente que examina los efectos de la exposición prenatal al calor en la salud y los resultados socioeconómicos más adelante en la vida.
Consolidando Evidencia Médica a través de un Análisis Exhaustivo
Las revisiones sistemáticas tienen como objetivo proporcionar el más alto nivel de evidencia médica al compilar y resumir hallazgos de múltiples estudios, en lugar de basarse en investigaciones individuales.
Nuestros hallazgos fueron inequívocos. Indican que las personas expuestas al calor excesivo antes de nacer sufren consecuencias significativas a lo largo de la vida.
La métrica predominante para evaluar el calor es típicamente la temperatura promedio del aire, aunque ciertos estudios han empleado métricas más complejas que tienen en cuenta la humedad y otros factores que influyen en la percepción individual del calor.
Nuestra investigación continúa explorando cómo definimos niveles peligrosos de calor para las mujeres embarazadas. Esto se ve influenciado por factores como la ubicación, el contexto y las vulnerabilidades individuales. Diferentes condiciones pueden tener umbrales dañinos y períodos de susceptibilidad variados.
Revisamos 29 estudios que abarcan más de un siglo, proporcionando información sobre los efectos a lo largo de la vida de las personas. Algunos estudios monitorearon de cerca los embarazos para observar cualquier efecto adverso en los niños, mientras que otros utilizaron registros de población para estimar la exposición al calor in utero en función de la fecha y el lugar de nacimiento.
Impacto de la Exposición al Calor en los Resultados del Embarazo
Más del 60% de estos estudios se llevaron a cabo en países de ingresos altos con climas más fríos, donde los investigadores se basaron en fluctuaciones naturales de la exposición al calor en lugar de realizar ensayos controlados. A pesar de estas limitaciones, la mayoría de los estudios encontraron un vínculo significativo entre el aumento de la exposición al calor durante el embarazo y los efectos perjudiciales a largo plazo.
Específicamente, observamos asociaciones con menor rendimiento educativo e ingresos en la vida posterior. Por ejemplo, en los EE. UU., cada día extra con temperaturas superiores a 32°C durante el primer trimestre se correlacionó con una disminución de $56 en los ingresos anuales a los 30 años (ajustados al equivalente de 2008).
Los efectos en la salud incluyeron mayores riesgos de enfermedades cardíacas, hipertensión, asma infantil y neumonía. Los investigadores estimaron que cada grado Celsius de aumento en la exposición prenatal a la temperatura aumentó el riesgo de neumonía infantil en un 85%.
Implicaciones Regionales de la Exposición Prenatal al Calor
En África, una mayor exposición prenatal al calor se correlacionó con un mayor riesgo de desnutrición infantil, mientras que en los EE. UU., los estudios la vincularon con mayores probabilidades de obesidad.
La salud mental también se vio afectada, observándose mayores riesgos de trastornos alimentarios y esquizofrenia. Esto sugiere que la exposición prenatal al calor podría ser un factor contribuyente a la bien documentada asociación entre el mes de nacimiento y el riesgo de enfermedades mentales.
Estos efectos parecen llevar a una correlación con una reducción de la esperanza de vida, ya que los investigadores encontraron que las personas expuestas a un mayor calor prenatal tenían una vida más corta.
En análisis de subgrupos, los estudios indicaron que estas condiciones pueden tener un efecto más adverso en los fetos femeninos.
Entender los mecanismos detrás de estos efectos en varios sistemas del cuerpo fue un enfoque crítico de nuestra investigación. Aprovechamos la experiencia en desarrollo humano, estudios en curso que investigan los impactos directos del calor en mujeres embarazadas y conocimientos de la investigación animal.
Proponemos que el calor durante el embarazo afecta al bebé no nacido a través de múltiples vías, incluyendo:
- Agravar condiciones de salud materna como preeclampsia y diabetes,
- Influir directamente en el desarrollo fetal, particularmente el sistema nervioso (lo que puede llevar a defectos de nacimiento),
- Aumentar la probabilidad de parto prematuro y otras complicaciones de nacimiento,
- Alterar directamente el ADN fetal a través de cambios epigenéticos, un mecanismo que permite una adaptación rápida al entorno modulando la expresión genética.
Acortamiento de Telómeros en la Exposición Prenatal al Calor
Un estudio incluso documentó el acortamiento de los telómeros en fetos, que son los marcadores biológicos de la longevidad vinculados a nuestro reloj genético.
Existe una necesidad urgente de más investigación en esta área para comprender plenamente cómo y por qué se manifiestan estos efectos.
A pesar de las limitaciones en la investigación, nuestros hallazgos son alarmantes y subrayan la necesidad de una acción inmediata a nivel individual, comunitario y global para proteger a las mujeres embarazadas y a sus bebés no nacidos del calor.
Tenemos la responsabilidad de abogar por aquellos sin voz, que no son responsables de esta crisis de salud pública y que probablemente sufrirán sus consecuencias más graves porque no hemos tomado medidas.
Read the original article on: Science Alert
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