Un popular suplemento reduce la agresividad en un 30

Un popular suplemento reduce la agresividad en un 30

Un suplemento dietético común reduce la agresividad en un 30%. Crédito: Pixabay

Los suplementos de aceite de pescado ricos en omega-3 llevan años siendo elogiados por sus beneficios para la salud del cardias. Un estudio reciente revela que también ayudan a reducir la agresividad. Los investigadores recomiendan que estos suplementos comunes y seguros se utilicen ampliamente, desde los patios de recreo hasta las prisiones.

Algunas agresiones se manifiestan de forma abierta, como la violencia verbal y física o el acoso escolar, o de forma encubierta, como el vandalismo, los daños a la propiedad, los incendios provocados y los robos. Ambas formas de agresión pueden dañar las relaciones y dar lugar a problemas legales. Reducir el comportamiento agresivo podría beneficiar a la sociedad de muchas maneras, y este nuevo estudio podría ofrecer una solución.

Los suplementos de omega-3 reducen la agresividad en todos los grupos demográficos, según un estudio de la Universidad de Pensilvania

Investigadores de la Universidad de Pensilvania (Pennsylvania) descubrieron que los suplementos comunes de omega-3 reducen eficazmente la agresividad en todas las edades y sexos.

Adrian Raine, neurocriminólogo de la Universidad de Pensilvania y autor principal del estudio, declaró: «Es hora de empezar a utilizar suplementos de omega-3 para reducir la agresividad en diversos entornos, ya sea en la comunidad, en clínicas o en el sistema de justicia penal». Aunque el omega-3 no es una solución milagrosa para la violencia social, nuestros hallazgos sugieren que puede marcar la diferencia, y deberíamos empezar a aplicar estos nuevos conocimientos.”

Un estudio de 2002 descubrió que administrar a los presos suplementos que incluían ácidos grasos esenciales los hacía menos violentos
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Un estudio de los NIH revela la antigua relación entre el omega-3 y la violencia

El omega-3 lleva mucho tiempo intrigantemente relacionado con el comportamiento violento. En 2001, el Dr. Joseph Hibbeln, de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH) de EE.UU., publicó un estudio que mostraba una correlación entre un alto consumo de pescado (rico en omega-3) y menores tasas de homicidio.

Al año siguiente, un estudio de la Universidad de Oxford, en el Reino Unido, descubrió que los presos británicos que tomaban suplementos nutricionales, incluidas vitaminas, minerales y ácidos grasos esenciales, mostraban un comportamiento menos violento y antisocial.

El estudio actual pretendía determinar si los suplementos de omega-3 reducen eficazmente todos los tipos de agresión. La psicología distingue entre agresión «reactiva», una respuesta espontánea a una amenaza percibida, y agresión «proactiva», que implica planificación.

Los investigadores realizaron un metaanálisis de 29 ensayos controlados aleatorizados que midieron la agresividad en participantes que tomaban suplementos de omega-3.

El estudio se centra específicamente en el comportamiento agresivo y examina los efectos de los suplementos

Se centraron específicamente en el comportamiento agresivo, no en rasgos más amplios como la ira o la hostilidad. Algunos estudios incluían suplementos adicionales como calcio y vitamina D, que los investigadores consideraron como posibles moderadores.

Los investigadores observaron un modesto efecto a corto plazo de la suplementación con omega-3, que se tradujo en una reducción del 30% de la agresividad en distintas edades, sexos, diagnósticos de referencia, duración del tratamiento y dosis.

De forma significativa, los omega-3 redujeron tanto la agresión reactiva como la proactiva. Sin embargo, los investigadores se limitaron a datos a corto plazo, ya que sólo uno de los 19 laboratorios que llevaron a cabo los estudios realizó un seguimiento de los participantes una vez finalizada la administración de suplementos.

Los pescados grasos como el salmón, la caballa, las sardinas y las anchoas son fuentes ricas en omega-3.
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Los investigadores sugieren que la influencia del omega-3 en la agresividad está relacionada con la función cerebral y la inflamación


Los investigadores plantean la hipótesis de que el omega-3 influye en la agresividad debido a su papel en la estructura y función cerebrales, la regulación de los neurotransmisores, la expresión génica y la reducción de la inflamación cerebral.

Sugieren que los suplementos de omega-3 podrían reducir la agresividad al mejorar los mecanismos cerebrales que pueden ser disfuncionales en algunos individuos.

Se necesitan más estudios para evaluar los efectos a largo plazo de los omega-3 sobre la agresividad y utilizar resonancias magnéticas para ver si mejoran la función cerebral. También recomiendan investigar si la genética influye en la eficacia del omega-3. Los suplementos de omega-3 son seguros, baratos y están ampliamente disponibles, por lo que suponen un riesgo mínimo, incluso para los niños.

«Los padres que tratan a un niño agresivo deben saber que añadir una o dos raciones extra de pescado a la semana podría ayudar», añade Raine.

Los investigadores abogan por utilizar omega-3 junto con los tratamientos psicológicos y psiquiátricos actuales.

«Sostenemos que la suplementación con omega-3 debe considerarse un complemento de otras intervenciones, ya sean psicológicas (por ejemplo, TCC) o farmacológicas (por ejemplo, risperidona), y que los cuidadores deben ser informados de los beneficios potenciales de la suplementación con omega-3», afirmaron.


Read the original article on: New Atlas

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