Los flujos de lava activos en Venus hacen más urgente la exploración

Los recientes flujos de lava observados en Venus indican que el planeta puede ser mucho más activo geológicamente de lo que se creía, rivalizando potencialmente con la actividad de la Tierra.
Estos procesos geológicos, identificados inicialmente por la nave espacial Magallanes en la década de 1990, probablemente siguen en curso y serán puntos de observación cruciales para las próximas misiones a Venus.
Venus fue considerado en su día un planeta «muerto», sin actividad geológica reciente. Sin embargo, el reciente reanálisis de los datos de Magallanes ha revelado importantes indicios de actividad, como una chimenea volcánica que cambió de forma en ocho meses. A pesar de ello, el alcance de dicha actividad seguía siendo incierto debido a la escasez de pruebas directas.
Reexamen de los datos de radar de Magallanes
Davide Sulcanese, de la Universidad D’Annunzio de Chieti (Italia), y sus colegas han reexaminado los datos del radar de Magallanes, centrándose en dos zonas: el volcán septentrional Sif Mons y la llanura oriental conocida como Niobe Planitia.
Detectaron cambios de brillo en las señales de radar reflejadas a lo largo del tiempo, lo que indica zonas en las que el material probablemente se expandió debido a flujos de lava en movimiento.
Para confirmar sus hallazgos, Sulcanese y su equipo tuvieron que eliminar otras posibles explicaciones, como interferencias atmosféricas o cambios involuntarios en el ángulo de observación de la nave espacial, ya que Magallanes captaba la misma zona sólo una vez cada ocho meses.
Tras verificar la naturaleza volcánica de las coladas, los investigadores calcularon sus propiedades, incluida la tasa de producción de lava. Sus estimaciones más bajas, 3,78 y 5,67 kilómetros cúbicos al año para Sif Mons y Niobe Planitia respectivamente, son comparables a la producción volcánica media en la Tierra.
Sulcanese y su equipo utilizaron estas cifras para estimar la actividad volcánica total de Venus.
«Según esta estimación, Venus podría ser mucho más activo volcánicamente de lo esperado», afirma Sulcanese, sugiriendo que su nivel de actividad es similar al de la Tierra.
Objetivos clave para futuras misiones a Venus
Estas zonas serán objetivos clave para las próximas misiones a Venus, como VERITAS de la NASA y EnVision de la Agencia Espacial Europea, ambas previstas para principios de la década de 2030. «Es probable que estas zonas sigan activas a principios de la década de 2030», afirma Sulcanese. «Geológicamente hablando, 30 años son como unos segundos para las fisuras volcánicas».
«Este artículo refuerza los argumentos a favor de la actividad volcánica actual», afirma Philippa Mason, del Imperial College de Londres y miembro del equipo de EnVision.
Señala que los lugares conocidos de actividad geológica, como los identificados por Sulcanese y su equipo, podrían ser fotografiados al menos tres veces durante el ciclo de observación de EnVision, ofreciendo una visión mucho más detallada de los procesos geológicos del interior y la superficie de Venus que la que proporcionó Magellan.
«Aún no sabemos cómo funcionan estos procesos», afirma Sulcanese. «¿Tenemos una única placa tectónica, microplacas o algo totalmente distinto de las placas terrestres? Estudiar esta actividad volcánica puede ayudarnos a comprender mejor estos mecanismos.»
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